Viñales dice que la Yamaha que condujo hasta ahora le resultaba "enorme"

La diferencia de altura y tamaño entre el español y el italiano son considerables. Mientras el primero mide alrededor de 1,65 metros de altura, el segundo roza el 1,80 metros. Ese contraste hace que el perfil de la moto ideal de uno y otro sea completamente distinto.

En sus dos primeros cursos como piloto de Yamaha, Viñales se ha adaptado a un prototipo hecho a la medida de Rossi y de Jorge Lorenzo. Sin embargo, el catalán, que a principios del año pasado firmó la prolongación de su contrato hasta finales de 2020, pretende que la marca de los diapasones le ofrezca la temporada que viene una moto más adecuada para su cuerpo.

“De entrada, lo que le he pedido a Yamaha es una moto un poco más pequeña, porque la que he llevado hasta ahora me venía enorme”, reconoce Viñales a Motorsport.com.

“Me acuerdo que con la Suzuki encajaba perfectamente y llegaba a todas partes, mientras que con la M1 me sobra moto por todas partes”, añade el corredor de Roses (Girona), enfrascado en un espiral de cambios que afectan a distintos elementos de su estructura: Ramon Forcada dará paso a Esteban García como jefe de mecánicos y Wilco Zeelenberg dejará su puesto como analista de pista a Julián Simón.

Al margen del componente humano y del cambio de número (del 25 al 12), Viñales también persigue que Yamaha responda a sus demandas desde la vertiente técnica, y en ese sentido reducir las dimensiones de la moto sería una señal inequívoca de que en el fabricante están por la labor.  

“Es difícil que cambien toda la moto, pero entre el motor, algunos detalles más y algo de aerodinámica, creo que se puede lograr una gran diferencia”, prosigue el gerundense, que según anticipa será mucho más claro a partir de ahora en sus reclamas, para tratar de evitar así la desorientación que se vivió en la escudería japonesa durante el último año y medio.

“A principios de este año debería haber sido más contundente en las decisiones técnicas que se tomaron. Como por ejemplo cuando pedí probar otra vez el motor de 2016. No fui suficientemente tozudo y lo pagué caro”, remacha Viñales.