"Viñales pelea contra sus propios demonios", dice Jarvis

La traumática salida del chico de Roses (Girona) se materializó en Austria, y fue uno de los puntos más calientes del curso, informativamente hablando. En un primer impulso, el lunes después de la celebración del Gran Premio de Holanda, Viñales anunció la renuncia al segundo año de contrato que todavía le habría quedado por cumplir en 2022. 

Terminadas las vacaciones, la primera cita en Spielberg terminó fatal para el catalán, que completó las últimas dos vueltas de la carrera en la cola del pelotón y pilotando de forma errática. Yamaha analizó los datos que poseía sobre esos últimos kilómetros y consideró inaceptable la actitud de Viñales, que fue suspendido con vistas a la segunda prueba que se disputó en el Red Bull Ring.

El #12 ya no volvió a subirse a una M1, dado que la compañía de los diapasones y el corredor comunicaron el cese de su vínculo con efecto inmediato –en Silverstone fue Cal Crutchlow quien le sustituyó–.

Días más tarde, Aprilia hizo público el fichaje de Viñales para 2022, aunque Mack debutó antes (Aragón) y tomó parte en las últimas seis paradas del calendario, ya enfundado en el mono de la casa de Noale. 

Una de las figuras que clave en todo ese proceso tan desagradable fue Lin Jarvis, quien, como director de Yamaha en el Mundial de MotoGP tuvo que resolver el conflicto. 

Todo un contraste el que ha vivido el ejecutivo en este 2021, que ha visto como un lado del taller de la escudería oficial estallaba de emoción por el título de Fabio Quartararo, mientras que su vecino no encontraba otra salida que cambiar de aires.

Para el británico, la personalidad de los dos corredores tiene mucho que ver en cómo han gestionado esta temporada. 

"Creo que Maverick es una persona mucho más complicada que Fabio. Tiene el mismo talento puro que Fabio, pero le cuesta más ser regular. Eso es un signo de su carácter, que viene caracterizado por los altibajos", declara Jarvis a Motorsport.com.

Lin Jarvis, director de Yamaha en el Mundial de MotoGP

El mes y medio que pasó entre el Gran Premio de Holanda (27 de junio) y la segunda cita en Austria (15 de agosto) no fue una época fácil para el jefe de Yamaha, que incorporó a Viñales en 2017 por ser uno de los jóvenes con más talento de la parrilla, pero que nunca llegó a encontrar la fórmula que le permitiera cumplir las expectativas generadas. En opinión de Jarvis, la explosiva irrupción de Quartararo y su gran rendimiento aceleraron los acontecimientos. 

"Con Maverick siempre dijimos que sabíamos que tenía el potencial, y creo que este año podría haber conseguido lo mismo que Fabio (el título). En 2020, Fabio ganó tres carreras en el equipo satélite y él, con el oficial, solo una. Pronto supo lo rápido que era Quartararo. Creo que Viñales aún está luchando contra sus propios demonios, y eso es algo que solo él puede solucionar. Solo él puede manejar su mente y su vida", remacha el responsable de la formación japonesa.

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