Sainz y Moya, el regreso a las raíces

Oporto (Portugal).- Hombro con hombro, no con los mismos colores, pero sí con la mismas ganas de volver. Así rodaron por el tramo de Fafe Carlos Sainz y Luis Moya. Como hace 30 años. Como hace 20. Casi como hace 13. Ilusionados de reencontrarse con un rally que siempre ha sido especial para el piloto madrileño.

En marzo de 1987, Carlos Sainz debutó en el Mundial de Rallies en Portugal con un Ford Sierra Cosworth de Ford España. Todo era nuevo. Inolvidable.

"Para mí estar aquí es especial. Hace 30 años fue mi primer rally en el WRC con un Sierra Cosworth. Tuve suerte de poder hacer mi primer scratch en mi primera etapa y eso fue muy bonito", recuerda Sainz en Oporto. "Para mí siempre ha sido especial el Rally de Portugal porque durante muchos años no tuvimos citas del WRC en España y aquí venían muchos aficionados españoles. Me sentía como si estuviera corriendo en casa".

El pasado miércoles, con motivo de una grabación especial para Red Bull TV, Sainz y Moya se subieron al Peugeot 208 R5 de Pepe López, con el que compite en el Europeo de rallies, para recordar hazañas pasadas.

"[En Portugal] Gané con Toyota y con Subaru y estuve luchando durante varios rallies por la victoria. Siempre me lo he pasado bien aquí. Antes era un rally donde tenias etapas muy diferentes: Fafe, la parte norte, VIseu…. Necesitabas un coche que se adaptara muchas superficies diferentes", reconoce el madrileño. 

A la primera va la vencida

El piloto español logró su primer scratch en su primera etapa de su debut en el Mundial. No en cualquier lugar. No de cualquier manera. El autódromo de Estoril, escenario de grandes batallas de la Fórmula 1 de los 80 y los 90, lleno hasta la bandera con 30.000 espectadores, vio cómo Sainz sorprendía a todos con el Sierra Cosworth.

Seis meses después, Alain Prost batiría el récord de victorias en la Fórmula 1 de Jacky Stewart en el mismo escenario, pero con otro aroma y otra montura.

A la pregunta de Motorsport.com de qué sensaciones tuvo durante el rodaje promocional con el Peugeot, Sainz contesta: "Fue una filmación, pasar un rato divertido y pasar otra vez por un tramo que siento que cuando lo vea el domingo me hará refrescar un poco la memoria. Había zonas en las que al llegar te acuerdas, ten en cuenta que fueron muchos años pasando por ahí".

“Recuerdo especialmente mi primera aparición, algunas victorias aquí, la batalla con [Juha] Kankkunen y mi Subaru... Llegué a la última etapa con algo de margen, no mucho, pero cerca de 14 segundos. Pero después de un kilómetro mis frenos delanteros fallaron y pensé que el rally estaba terminado para mí. Piloté con el freno de mano, pero creo que él bajó el ritmo porque pensó que era imposible perder y logré ganarle. Esa fue una gran sorpresa", recuerda uno de sus momentos más emocionantes, en la edición de 1995.

"Yo me sentí muy orgulloso de lo que conseguí, de los resultados. Lógicamente podría haber tenido algún campeonato más. Algo de lo que sí me siento orgulloso es de haber cambiado una tendencia en el WRC de pilotos especialistas y de la que yo, de alguna manera, por las circunstancias, me rebelaba porque en España parecía que solo éramos especialistas de asfalto y yo decía '¿Por qué un piloto bueno no puede ganar el RAC o en Suecia?".

Años de transición 

“He vivido la vieja escuela y luego toda la transición a la actualidad del formato actual. Siempre demandé a la FIA coches más ligeros, más potentes… para mí los WRC eran poco potentes. Cuando escuché por primera vez que querían hacer coches más rápidos, con más potencia, más ligeros… me pareció una gran decisión. Desgraciadamente, no lo he vivido por mí mismo. Los coches ahora son algo más selectivos con los pilotos y hacen que demuestren su verdadero potencial", resume Sainz su punto de vista sobre la nueva generación de WRC, destinados a marcar un antes y un después.

"El hecho de tener ahora cuatro fabricantes luchando por las victorias demuestra perfectamente lo que es el WRC a día de hoy. Es lo mejor que puedes tener un campeonato; lo peor es tener una sola marca dominante, como ha pasado en F1 o como sucedió con Volkswagen el año pasado". Palabra de campeón.

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