Checo Pérez llega al GP de Miami con Bad Bunny

La Fórmula 1 es la categoría por excelencia del automovilismo, y todos quieren, al menos una vez en su vida, visitar el paddock en calidad de VIP, con todas las comodidades y lujos posibles, más aún si se hace en un sitio tan espectacular como Miami.

El que ha cumplido el sueño de muchos es el artista puertorriqueño Bad Bunny, que pudo llegar al nuevo trazado del calendario del Gran Circo acompañado de uno de los protagonistas que estará peleando por la victoria, el mexicano Sergio Pérez.

Benito Antonio Martínez Ocasio, el nombre real del cantante, se ha convertido en todo un icono de la música, llegando a poner todas las canciones de su nuevo álbum, 'Un Verano Sin Ti' entre las 30 más escuchadas de manera global, además de haber roto el récord de 'Certified Lover Boy' de Drake como el disco más reproducido en la plataforma de Spotify en un solo día, con 183 millones de escuchas.

Red Bull aprovechó la visita a la ciudad estadounidense, caracterizada por tener gran cantidad de población latina para invitar a Bad Bunny al fin de semana de carreras, pero eso no fue todo, ya que la portada de la obra del puertorriqueño lució en el alerón trasero del RB18 sobre la pista.

A pesar de que no se había anunciado su presencia, y los de Milton Keynes solo hicieron una referencia al 'Conejo Malo' en su cuenta de Twitter tras publicar una fotografía del monoplaza, Checo Pérez sorprendió al subir una story en su perfil de Instagram llegando al trazado en el mismo coche que el protagonista del día fuera del asfalto.

Este no ha sido el único acercamiento de Bad Bunny a la Fórmula 1, y es que antes del inicio del Gran Premio de Miami, en la recién estrenada canción llamada 'Andrea', mencionó al compañero del mexicano en el equipo de las bebidas energéticas y vigente campeón del mundo, Max Verstappen.

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"La vida va como Verstappen en Fórmula 1", canta el artista en uno de los temas que más ha llamado la atención por su letra y melodía. Quizá esto pueda atraer a muchos más aficionados que desconocían la categoría máxima del automovilismo, porque cualquier método es válido para llegar a enamorarse de coches de colores dando vueltas a un circuito los domingos.