'Una victoria que casi vale el título', por Diego Mejía

Las exigencias, a veces contradictorias en lo técnico del Autódromo Hermanos Rodríguez, son únicas a tal punto que los equipos no se pueden dar el lujo de desarrollar un paquete técnico específico y deben buscar un compromiso con las piezas existentes a esta altura de la temporada.

Agreguen a los retos técnicos propios de la altitud de la Ciudad de México un clima variable, que el viernes te daba un poco más de 20 grados centígrados en pista pero luego más de 40 para la carrera. Todo lo que aprendiste con bajas temperaturas de poco sirve, sumando a esto que la lluvia de la noche dejaba la pista ‘verde’ para cada día.

Con tal variación en las condiciones, la estrategia ideal este domingo se recalculaba en las simulaciones de los equipos vuelta a vuelta. El compuesto que duro de Pirelli que tal vez aguantaría la distancia para intentar la estrategia que el viernes parecía imposible por el graining, tampoco se había probado suficiente como para tener certeza de llevarlo a completar tantas vueltas como era necesario.

Podio: ganador de la carrera Lewis Hamilton, Mercedes AMG F1 con el sombrero de Mario Achi

Pero para que al final funcione lo que los datos dicen que es posible, se depende de que quien está sentado en el auto haga el trabajo óptimo, que no cometa error y se perfecto a la milésima de segundo.

Mercedes, recién coronados campeones del mundo de constructores por sexta vez, llegaban a México tras la que un año atrás fue, por mucho, su peor carrera, en la que Lewis Hamilton se consagró pentacampeón en medio de una debacle estratégica.

A pesar de no contar con los mismos elementos de siempre, al verse forzados a reemplazar al ingeniero de carrera de Lewis Hamilton, Peter Bonnington, y también a su ingeniero de rendimiento, las decisiones que tomaron les permitieron tomar el control de una carrera que parecía estar fuera de sus manos.

Justamente las manos de Hamilton la mantuvieron viva después de que el británico hiciera una muy buena salida, a la que respondió con una agresiva defensa Sebastian Vettel, a tal punto que obligó al británico a levantar el acelerador para evitar el contacto o tener que seguir por fuera de la pista.

Esto le dio la posibilidad a un hambriento Max Verstappen de atacar al piloto de Mercedes en la primera frenada, y como lo ha hecho en los dos años anteriores, fue a estrangular a su rival de turno en la curva uno.

Lo hizo de nuevo pero esta vez el contacto, que rompió parte del piso del auto de Hamilton, los obligó a ambos a irse fuera de la pista y perder las posiciones tres y cuatro que tenían en la primera frenada.

Lewis Hamilton, Mercedes AMG F1 W10, Max Verstappen, Red Bull Racing RB15, Alexander Albon, Red Bull RB15, Carlos Sainz Jr., McLaren MCL34, Lando Norris, McLaren MCL34, y el resto

Al regresar a la pista, Hamilton se vio de nuevo, como en Rusia y Japón, bajo ataque de Carlos Sainz en la primera vuelta. Esta vez el español tenía la mejor oportunidad de ganarle la posición a un Hamilton que apenas se recuperaba. El campeón del mundo tuvo que conceder esta vez la posición al de McLaren.

Detrás de ambas Ferrari, Albon y Sainz, parecía otro Gran Premio de México sin protagonismo para Hamilton. Aparte con un auto herido. No el día para ser campeón ciertamente, aunque si para demostrar porqué lo será por sexta ocasión.

Adelantó a Sainz, luego paró Albon, después Leclerc. Llegó el llamado para hacer el undercut a Vettel en la 23 de 71. Lo ejecutó perfectamente, pero en Ferrari tenían otras ideas y estaban convencidos de que Hamilton había parado muy temprano. El británico también.

Lewis Hamilton, Mercedes AMG F1 W10

Y es allí cuando las simulaciones requieren de un robot, que haga todo lo que la teoría muestra que es posible. Sin embargo, cuando las variables no tienen ese valor óptimo, los números difícilmente saldrán al final y el auto de Hamilton no estaba óptimo tras el contacto con Verstappen.

Con el paso de las vueltas se evidenció que el daño de alguna manera afectaba. Gestionar los neumáticos durante las 48 vueltas restantes después de su parada en boxes se hacía algo más complicado sin ese trozo de más de 30 por 5 centímetros faltante.

Daños en el piso del coche de Lewis Hamilton, Mercedes AMG F1 W10

Hamilton, como es ya costumbre, hizo saber a su nuevo ingeniero, esta vez Marcus Dudley, que iba a ser muy difícil cumplir con la tarea que le habían puesto. O tal vez ponerlo en la radio era parte de la estrategia para que sus rivales, en este caso Ferrari, creyeran que realmente tendrían oportunidad de vencerlo. ¿Nos engañaban a todos tal vez con esos mensajes? ¿O es que tienen tal confianza en Hamilton que cada vez le colocan tareas más límite?

Cualquiera que sea la respuesta, una vez más, lo han hecho. Hamilton tiene la capacidad, que tal vez no tenía en otro lapso de su carrera, de seguir siendo efectivo detrás del volante mientras discute con su equipo vía radio. Su "pesimismo", de ser real, no se refleja en su pilotaje como en otras épocas.

Mercedes ha logrado predecir mejor la verdadera vida útil de los neumáticos duros, siguiendo la degradación vuelta a vuelta de los de Ricciardo, que arrancó con ellos, y de los de Verstappen, quien los montó en la quinta vuelta.

Después de la carrera y en medio de la lluvia con la que cerró la ‘F1esta’, hablaba con alguien que ha visto muchas más Fórmula 1 que yo, que ha visto muy de cerca de Senna, a Prost. Él me dijo: Hamilton es la mezcla de ambos. “¿Tanto?” le respondí. “Hoy corrió como Prost, pero en clasificación es como Senna.”

En cualquier deporte, que “gane el mismo” puede aburrir, pero es la forma básica de verlo. Más difícil es reconocer cuando un piloto ha tenido tantas oportunidades de equivocarse, las ha evitado, ha corrido sin el mejor auto, pero ha ganado ejecutando perfectamente la estrategia que le ha formulado el mejor equipo.

Tal vez mi colega no está tan equivocado.

Podio: ganador de la carrera Lewis Hamilton, Mercedes AMG F1