McLaren no abandonará un gran premio si hay un positivo por COVID-19

Senna obtuvo su primera victoria para McLaren en Imola en 1988 y lo hizo de manera dominante.

Habiendo vencido a su compañero de equipo, Alain Prost, por la pole position por casi ocho décimas de segundo, Senna hizo una gran largada para liderar en la primera curva, mientras que el francés cayó en el clasificador por problemas en el motor.

Prost logró recuperarse rápidamente de su inconveniente en la salida y se abrió camino hasta la segunda posición, pero simplemente no tuvo respuesta al ritmo de Senna, quien no tuvo rivales camino a la victoria.

El 1-2 de McLaren puso de relieve el dominio del equipo en su temporada más exitosa, ya que toda la parrilla quedó al menos una vuelta abajo, incluido Nelson Piquet, tercero con su Lotus que también llevaba motor Honda.

Senna estuvo a punto de arruinar esperanzas de obtener su primer campeonato al quedarse detenido al comienzo del Gran Premio de Japón de 1988, pero su gran velocidad y una oportuna aparición de la lluia le permitieron arrebatarle la victoria a Prost y ganar así el título en Suzuka.

Después de un comienzo desastroso, Senna había caído hasta el 14° puesto, pero se las arregló para avanzar hasta la octava posición para el final de la primera vuelta.

Lenta pero firmemente subió al segundo lugar y cuando Prost, perjudicado por un problema con la caja de cambios, se retrasó al encontrarse al rezagado March de Ivan Capelli, Senna lo adelantó para tomar la delantera.

El resultado fue suficiente para que Senna reclamara obtuviera primer título, y lo hizo a falta de una ronda para el final de la temporada.

Un año después de chocar mientras lideraba el Gran Premio de Mónaco, Senna volvió al principado con la misma aplastante velocidad, logrando la pole position por más de un segundo sobre Prost.

Esta vez, sin embargo, mantuvo su McLaren lejos de las barreras en la carrera, a pesar de un problema con la caja de cambios que le hizo perder la primera y la segunda marcha.

Prost también tuvo sus propios problemas, perdiendo una gran cantidad de tiempo en el tráfico, particularmente detrás del Ligier de René Arnoux.

Pero Senna estaba en su propia liga, ya que recibió la bandera a cuadros con 52 segundos de distancia sobre Prost. Dada su rivalidad que había comenzado en la carrera anterior en San Marino, esta victoria no podría haber sido más oportuna para el brasileño.

El GP de los Estados Unidos de 1990 es recordado por la titánica batalla entre Senna y la estrella en ascenso Jean Alesi.

Alesi se colocó al frente al comienzo de la carrera saliendo desde el cuarto puesto de la parrilla, sacando provecho del rendimiento de los neumáticos Pirelli en su Tyrrell en las calles de Phoenix.

Sin embargo, Senna tenía otras ideas. Habiendo aprovechado un trompo de su compañero de equipo, Gerhard Berger, Senna comenzó a acercarse a Alesi cuando la carrera se acercaba a su punto medio.

En la vuelta 34 de 72, Senna hizo su primer movimiento sobre Alesi para tomar la delantera, pero el piloto de Tyrrell inmediatamente respondió en la siguiente curva para volver a la punta.

Su apasionante batalla continuó durante varias vueltas, pero Senna fue el último en reír, consiguiendo la victoria por nueve segundos sobre Alesi, quien alcanzó su primer podio.

Para la temporada de 1991, Senna ya era un bicampeón del mundo y una estrella indudable de la Fórmula 1.

Pero algo que aún no había logrado era ganar frente a la apasionada afición brasileña. Hasta ese año, su mejor resultado corriendo en su país había sido un segundo puesto en Jacarepagua en 1986.

Y Senna tuvo que trabajar muy duro para romper el maleficio en 1991 después de que un grave problema con la caja de cambios lo obligara a completar la carrera en sexta marcha. Vuelta a vuelta su ventaja fue recortada por un Ricardo Patrese (Williams) que iba al ataque, llevando la distancia de 40 a menos de 10 segundos.

Pero Senna finalmente se las arregló para mantenerse en el primer lugar por tres segundos, obteniendo una de sus más memorables victorias.

No se puede negar que Nigel Mansell debería haber ganado el Gran Premio de Mónaco de 1992. Mansell estaba intocable en las calles de Montecarlo con su Williams FW14B. Incluso Senna, con toda su experiencia en el principado, no tenía respuesta al ritmo del inglés ese día.

Pero las cosas cambiaron cuando Mansell se vio obligado a hacer una parada de pits no programada con sólo siete vueltas para terminar la carrera, regresando detrás de Senna.

Con neumáticos más frescos, Mansell persiguió a Senna siendo a razón de dos segundos por vuelta más rápido, pero el brasileño se defendió agresivamente, bloqueando cada movimiento. Los adelantamientos en Mónaco nunca son fáciles, pero las habilidades defensivas de Senna hicieron que incluso alguien del calibre de Mansell fuera incapaz de encontrar un hueco para pasar.

¿El resultado? Senna consiguió una improbable quinta victoria en Mónaco, igualando el récord establecido por el gran Graham Hill.

Senna clasificó en un distante tercer lugar para el GP de Brasil de 1993, a 1s8 del Williams de Prost, autor de la pole position.

Peor aún, recibió una penalización de 10 segundos por adelantar bajo bandera amarilla, dejándolo casi 45s detrás de Prost en cuarto lugar.

Pero tan pronto como la lluvia llegó a la pista, Senna hizo una parada para cambiar a neumáticos de pista mojada, mientras más arriba en el clasificador reinaba el caos. Michael Schumacher perdió tiempo con una fallida parada en boxes, mientras que Prost se salió de la pista y se retiró, provocando la aparición del auto de seguridad.

Eso dejó a Senna segundo detrás de Hill, y cuando la pista comenzó a secarse de nuevo, el brasileño realizó un undercut sobre el piloto de Williams al detenerse para montar neumáticos lisos una vuelta antes que el británico, tomando la delantera de la carrera.

El Williams de Hill debería haber sido más rápido en seco, pero Senna hizo lo suficiente para mantener el primer lugar, asegurando la victoria número 100 para McLaren en la Fórmula 1.

La primera vuelta del GP de Europa de 1993 disputado en Donington Park ha quedado como uno de los momentos más memorables en la historia de la máxima categoría.

Después de una salida un poco problemática que lo dejó detrás de Schumacher en quinto lugar, Senna mostró un ritmo devastador en mojado, despachando a sus rivales uno por uno con relativa facilidad.

Antes de que la primera vuelta se terminara, Senna ya estaba a la cabeza, habiendo superado al Williams de Prost, que salía desde la pole, en la horquilla de Melbourne.

A partir de ahí, el liderazgo se intercambió varias veces, ya que las condiciones pasaron de seco a mojado y viceversa, pero Senna finalmente salió victorioso, con Hill, segundo, a casi un minuto y medio y Prost, tercero, una vuelta atrás.

Senna obtuvo una victoria relativamente sencilla desde la pole position en el Gran Premio de Australia, la última ronda de la temporada de F1 de 1993. Pero esa carrera seguirá siendo especial por lo que siguió después de que la bandera a cuadros cayera.

Senna fue acompañado en el podio por su ex compañero de equipo Prost, quien acababa de asegurar su cuarto título en su último año en la F1 corriendo con Williams.

Los dos habían desarrollado una tensa relación durante el tiempo que estuvieron juntos en McLaren, pero la noticia del inminente retiro de Prost había servido para descongelar las relaciones entre ambos.

De hecho, los dos pilotos se abrazaron en el podio, aparentemente dejando atrás su amargo pasado. Fue un final apropiado para una de las mayores rivalidades que el deporte ha presenciado.

Sin que lo supieran los espectadores de entonces, Adelaida 1993 también resultó ser la 41° y última victoria de Senna en la F1.