Con la meteorología dándole una tregua a la Fórmula 1 después de llover duranta toda la mañana de forma constante en el Autódromo Enzo e Dino Ferrari, los monoplazas se posicionaron en sus casillas de salida con compuestos intermedios y preparados para disputar la cuarta carrera de la temporada.

Debido a las delicadas condiciones de la pista, con algunas zonas secas y otras todavía mojadas, era evidente que los primeros metros de la carrera no iban a ser un paseo para ninguno de los pilotos y muestra de ello fueron los diferentes rifirrafes que se vivieron en la primera curva.

Carlos Sainz fue el gran perjudicado después de que uno de los McLaren, el de Daniel Ricciardo, le tocase por detrás. El piloto español de Ferrari perdió el control de su monoplaza y trompeó, viendo como su F1-75 se iba inevitablemente a la grava, diciendo adiós a la carrera antes de tiempo por segundo gran premio consecutivo.

Después un accidente el viernes en la clasificación que le obligó a salir desde la décima posición en la carrera al sprint del sábado, el piloto madrileño consiguió recuperarse y remontar hasta la cuarta posición tras las 21 vueltas de una carrera que corta que confeccionaba la parrilla del domingo.

Con la motivación recuperada y con las ganas de dejar atrás el abandono del GP de Australia, Carlos Sainz afrontaba la carrera con el objetivo de conseguir otro podio y recuperar sensaciones, pero lamentablemente para él sus opciones se fueron al traste en la primera curva.

Tanto el McLaren de Lando Norris como el Daniel Ricciardo, que estaban detrás de él, realizaron una gran salida, poniendo en aprietos a ambos pilotos de Ferrari, que tuvieron dificultades en los primeros metros. Con los cuatro muy parejos en la primera curva, los huecos eran escasos y finalmente fue el australiano quien se pasó de optimista, tocando la parte trasera derecha del coche de Sainz, motivo por el que trompeó y se fue directo a la grava, sin ninguna opción de regresar a pista y sumando su segundo cero consecutivo en este inicio de 2022.