En el Circuit de Barcelona-Catalunya, Max Verstappen buscó un buen resultado con tres paradas agresivas. La victoria seguía estando demasiado lejos frente a los McLaren dominantes, aunque el podio parecía casi seguro, hasta que un coche de seguridad tardío echó por tierra la carrera. El holandés recibió un nuevo juego de neumáticos duros en el pit lane, pero luego tuvo que luchar contra los muchos pilotos que empezaron la reanudación con un juego de blandos ligeramente usados.

Al frenesí le siguió una penalización de 10 segundos tras un contacto con George Russell, que le hizo caer de la quinta a la décima plaza y le dejó con un solo punto de lo que empezó siendo una tarde prometedora.

"Barcelona fue decepcionante para nosotros y, aunque lo dimos todo, no fue el resultado que esperábamos", reflexionó Verstappen sobre el fin de semana de Gran Premio en España. Después, aún hubo espacio para que el tetracampeón de F1 recuperara el aliento, algo que hizo en Graz, Austria, con una carrera de demostración en la reapertura de Hangar-7, un lugar de eventos propiedad de la propia Red Bull. Así que ahora toda la atención se ha desplazado al Gran Premio de Canadá, donde el holandés de 27 años espera obtener un mejor resultado que en Barcelona.

"El circuito de allí es muy singular, con algunos bordillos antiguos y hay muchas oportunidades de adelantamiento", comentó Verstappen. "La puesta a punto del coche será importante y siempre es un poco más desafiante por las grandes zonas de frenada. La carrera del año pasado fue emocionante, conseguimos la victoria entonces, y espero que podamos hacer otra buena actuación esta semana. Las condiciones meteorológicas parecen un poco mejores que el año pasado, así que veremos qué pasa".