Mucho se había hablado durante las últimas dos semanas de las opciones de Marc Márquez de salir de Barcelona este domingo con una bola de campeonato en Misano, el próximo fin de semana. Sin embargo, el líder del mundial iba advirtiendo de que Barcelona podía ser un escenario propicio para acabar con su racha de siete dobletes consecutivos, desde Aragón sin ceder una sola victoria, lo que le había catapultado en la general, muchos lo tomaban como una más de Marc, pero esta vez el lobo llegó y lo hizo de forma formidable al completar Alex Márquez una carrera brutal en el GP de Catalunya de MotoGP y fulminar la racha de su hermano.

El sábado, en la Sprint, Alex se cayó liderando la carrera, lo que colocó a Marc primero y con puntos suficiente para ser campeón en Misano, pero el triunfo de hoy deja el campeonato abierto, al menos, hasta Japón.

"Ayer faltó rematar. Estoy muy feliz, muy contento, no tengo palabras, pero aún tengo clavada la espinita de ayer, en la caída de la sprint. aun duele, admitió Alex Márquez al final de la carrera.

"Hubieran podido ser un 37 punto", un doblete que nadie más que Marc ha conseguido este año. "No estaba hecha la victoria, pero muy encarrilada. Quizá sin el error de ayer lo hubiera cometido hoy en esa curva, aprendimos la lección", se consoló el de Gresini.

"Ha sido una carrera de autocontrol, tenia más pero no quería destrozar los neumáticos, era una situación de amor y odio: el instinto del piloto es abrir gas antes y frenar más tarde, pero aquí no se puede, se tiene que gestionar, ser muy cuidadoso", explicó.

"Hemos rematado un fin de semana muy importante para nosotros", admitió el corredor catalán, que tras protagonizar una primera mitad de temporada apabullante, sin bajar del podio prácticamente, llevaba desde Assen, cinco grandes premios, con una hemorragia de puntos perdidos importante.

Alex Márquez, Gresini Racing, Marc Márquez, Equipo Ducati

Foto de: Lluis Gene / AFP via Getty Images

"Es un trabajo de equipo, nadie se lleva la medalla solo, bajamos la potencia de la moto para la carrera, sabia que seria lenta, el piloto quiere apretar, cuesta gestionar, pero había que llegar al final, el estilo de pilotaje de dejar correr la moto me permite no exagerar. Barcelona es un circuito que se adapta a mi estilo, pero hay mucho trabajo por delante, porque hay otros sitios donde me cuesta un poco más", mostró su habitual humildad. "No es fácil llegar hasta aquí, pero vale la pena el esfuerzo", añadió, un Alex que suma su segunda victoria esta temporada, la segunda en MotoGP para el, el único, junto a Marc, que ha ganado más de un vez este año, un triunfo que dedicó a sus numerosos fans. "He saludado, no se ha visto demasiado, pero en la curva 12 he levantado la mano, con un poco de gas para no liarla", sonrió.

"Me tenía que quedar con esta victoria en casa, tenía que tirar toda la carrera, y gestionar muchísimo los neumáticos. En las últimas 6 vueltas vi que era el momento de ver si tenía algo más o tenía que ser segundo. Di el tirón y fui capaz de crear una ventaja en ese momento. Se lo dedico al equipo, en los momentos arduos siempre me han apoyado. Están donde merecen estar", finalizó.