Hamilton terminó muy dolorido en Bakú: "Recé para que terminara"

La palabra de la temporada 2022 de F1 probablemente es porpoising, ese fenómeno de los coches de efecto suelo con el que los monoplazas rebotan de manera brusca a altas velocidades.

Mercedes ha acusado ese problema desde el principio, y pese a que parecía que lo habían solucionado con las actualizaciones del GP de España, volvió en Mónaco y se ha intensificado este fin de semana en Bakú.

George Russell aseguró el sábado que era cuestión de tiempo que hubiera un gran problema físico con el rebote, y Hamilton se quejó de ello una y otra vez por radio durante todo el fin de semana.

Lo peor llegó en la carrera del domingo, cuando el británico abrió la radio para pedir una reacción, a la FIA o a su equipo. Tras cruzar la bandera a cuadros, en la cuarta posición, el heptacampeón se bajó del coche muy dolorido, doblado y tocándose la espalda, saliendo lentamente.

Cuando se le preguntó por ello en el 'corralito' de medios, admitió que solo la emoción de estar jugándose los puntos le ayudó a sentir menor dolor.

"Sí, eso es lo único que ayuda. Solo empujar, apretar los dientes por el dolor y la adrenalina. No puedo expresar el dolor que experimentas, especialmente en la recta de aquí".

También lee:

Hamilton admitió que la carrera se le hizo larga: "Al final solo estás rezando para que termine. Pero estábamos en una posición tan buena, tercero y cuarto, que era un gran resultado para el equipo".

Respecto al resultado del GP de Azerbaiyán, elogió al equipo, pero pidió acabar con el porpoising que, según él, les hace perder más de un segundo por vuelta: "El equipo hizo un gran trabajo con la estrategia".

"Una vez que arreglemos este rebote, estaremos ahí en carrera, pero estábamos perdiendo, sin duda, más de un segundo solo por el rebote. O al menos un segundo. Estaré en la fábrica mañana, tenemos hablar mucho y seguir presionando".

El sábado, tras la clasificación, Hamilton reveló que durante los entrenamientos libres del día anterior no pudo dar tantas vueltas como habría querido por el dolor: "Sinceramente, tocamos tanto el fondo al final de la recta que no pude terminar mi tanda larga, mi espalda estaba hecha un desastre".

Y elogió a su fisioterapeuta, la eterna Angela Cullen: "Gracias a Dios tengo a Angela para hacerme una sesión de fisio todas las noches y acupuntura".