El 2008 DKR de Sebastien Loeb llegó al campamento en Belen con muchas complicaciones después del fuerte impacto que sufrió a 30 kilómetros de terminar la etapa, misma en la que se encontraba peleando por estar dentro de los tres mejores del día en un recorrido que exigía mayor navegación.

La temida segunda semana del Dakar se cobró el destino del líder de la clasificación general y nueve veces campeón del WRC, quien había aprovechado las circunstancias de los primeros días donde los caminos rápidos lo habían ayudado.

“Hoy hemos volteado el coche. Tuvimos un problema y el coche terminó volteado. Perdimos una hora reparando el coche tratando de terminar la etapa. Así es la vida”, dijo el francés a Motorsport.com.

 Por suerte para el nueve veces campeón del WRC, la estructura del 2008 DKR resultó más que eficiente y, a pesar de los problemas en el radiador y en la caja de cambios, lograron concluir la etapa.

“El coche está bien, es un coche muy fuerte, pero hemos perdido toda posibilidad de ganar la carrera, eso es seguro”.

 Fuera de la contienda por la competencia, Loeb señala que su enfoque estará en ganar etapas especiales y en prepararse para la edición 2017.

“El primer objetivo desde que arribamos era obtener experiencia. Habíamos liderado durante la primera semana y ahora el objetivo principal es ganar la mayor experiencia posible”.