Después de firmar una renovación por dos años más con el equipo Ferrari, Carlos Sainz se disponía a afrontar el Gran Premio de Emilia Romagna con una mayor motivación. El abandono en la pasada carrera en Australia hacía saltar las dudas sobre su rendimiento, aún más viendo la exhibición de su compañero, Charles Leclerc, que consiguió el primer Grand Chelem de su trayectoria.

Ya en Imola, el piloto español se enteró de que su fin de semana empezaba de una manera que muy pocos quieren, cambiando el motor de su F1-75. El motivo que ha indicado la escudería de Maranello es que se trata de una medida de precaución debido al impacto que sufrió en su accidente en Melbourne y, viendo que era un gran premio con el formato al sprint, no querían tomar riesgos.

Así lo afirmó Ferrari en un comunicado facilitado a la prensa: "El motor de Carlos ha sido cambiado como precaución después del impacto en Australia, y no queremos tomar ningún riesgo en el fin de semana con el formato al sprint".

De esta forma, Sainz estrenará una nueva unidad de potencia para la cita en Imola, un lugar donde el propulsor no es tan importante como sí podría ser en Arabia Saudí o en el modificado trazado de Albert Park. Sin embargo, la larga recta principal podría ser clave, ya que es el único punto claro de adelantamiento, y sumado a que solo hay una zona de DRS, podría condicionar toda la prueba.

El cambio en el motor del español podría ser un contratiempo para el fin de semana, aunque desde la escudería de Maranello esperan que esta decisión sea la acertada y puedan brindar a su piloto la opción de subir a un nuevo podio, el que sería el séptimo vestido de rojo y el primero en casa de Ferrari.