'Contribución cero': ¿Por qué Mekies fue tan modesto tras la victoria en Monza?
Tras el GP de Italia, Laurent Mekies afirmó que su contribución a la victoria de Max Verstappen había sido "cero". Pero, ¿qué significa realmente esta modestia y qué logró en realidad detrás de escena?

Foto de: Mark Sutton / Formula 1 via Getty Images
Después del Gran Premio de Italia de Fórmula 1, ganado por Max Verstappen con Red Bull, tanto el asesor Helmut Marko como el propio piloto no tardaron en elogiar al nuevo jefe de equipo, Mekies.
Marko subrayó que Red Bull ya no sigue ciegamente las indicaciones del simulador, calificándolo como parte de una "nueva filosofía". Verstappen añadió que Mekies había hecho las preguntas correctas durante todo el fin de semana de carrera, algo crucial en la comunicación tanto con los pilotos como con los ingenieros.
Sin embargo, el propio jefe de equipo francés rechazó cualquier sugerencia de que hubiera tenido un papel determinante en la tercera victoria de la temporada para Verstappen, la primera desde la destitución de Christian Horner. Cuando se le preguntó por su influencia personal en el éxito de Monza, Mekies respondió: "La respuesta es muy sencilla: el nivel de mi contribución es cero".
Esto provocó risas entre los periodistas presentes en el área de hospitalidad de Red Bull, pero Mekies insistió: "Y no estoy bromeando. Son 1.500 personas trabajando para hacer el coche más rápido; son ellos los talentos que logran que el coche sea más veloz, que marcan las centésimas y milésimas [en el cronómetro], y que generan el conjunto de opciones con las nuevas piezas disponibles. Así que, en resumen, mi contribución es cero".
Cuando se le volvió a presionar sobre el tema, Mekies una vez más se negó a adornar su propio rol. A su juicio, el mérito pertenece al equipo y a Verstappen, quien desempeñó un papel importante al apostar por una configuración de baja carga aerodinámica, incluso para los estándares de Monza. "Nuestro único papel es asegurarnos de que los talentos que tenemos estén en las condiciones adecuadas para expresar ese talento de la mejor manera posible. Eso es lo único que estamos haciendo, así de grande es la contribución. Nada más".

Laurent Mekies, Red Bull Racing Team Principal
Photo by: Mark Thompson / Getty Images
¿Cuánto influyó realmente Mekies en la victoria de Red Bull en Monza?
Aunque la humildad es admirable, el rol de Mekies fue mayor de lo que él sugiere. Los comentarios positivos de Marko y Verstappen no surgieron de la nada.
La realidad es que parte de la mejora de Red Bull en Monza llevaba tiempo gestándose –de hecho, se remonta a cuando Verstappen calificó el coche de "monstruo" el año anterior–, mientras que otra parte dependió de la ejecución, y en ese sentido Mekies sí tuvo responsabilidad.
El primer factor tiene que ver tanto con el paquete del RB21 como con su configuración. El año pasado se habló mucho de que Red Bull carecía de un alerón trasero específico de baja carga para Monza, pero este año el equipo sí contaba con uno. Esto subraya lo decidido que estaba Red Bull a vengar la decepción del año anterior.
Además de ese paquete específico para Monza, también se aprendieron lecciones del error en la elección de reglajes en 2024. Tanto Marko como Horner admitieron que Red Bull había utilizado niveles de carga aerodinámica equivocados el año pasado, algo que el equipo no repitió en esta ocasión.
"Para Monza haces muchas cosas específicas. Fabricas alerones solo para Monza, trabajas en reglajes solo para Monza. Así que el año pasado fue un punto muy complicado, y los chicos hicieron un trabajo increíble analizando todo y trayendo soluciones muy específicas. Parece que esta vez incluso se pasaron de objetivos, lo que significa que el coche estaba en una ventana mucho mejor comparado con otros circuitos", explicó Mekies.

Max Verstappen, Red Bull Racing
Photo by: Sam Bagnall / Sutton Images via Getty Images
Estos aspectos estaban en marcha mucho antes de que Mekies llegara, por lo que no tuvo influencia directa ahí. Pero debe hacerse una distinción entre el desarrollo del coche y la parte operativa, como apuntó Verstappen. "El coche de este año es simplemente lo que es", dijo el jueves, dejando claro que Mekies no puede obrar milagros en esa área. Sin embargo, en el terreno operativo, los detalles sí pueden cambiar y, según fuentes internas del equipo, eso está ocurriendo poco a poco.
El bagaje de Mekies resulta valioso en ese sentido, algo que Verstappen reconoció la noche del domingo: "Con la formación de ingeniero que tiene Laurent, hace las preguntas correctas a los ingenieros, preguntas de sentido común, y creo que eso funciona muy bien".
Un jefe de equipo sin ese trasfondo técnico no puede cuestionar al departamento técnico con la misma profundidad, lo que explica la tendencia actual de ascender a ingenieros a los máximos cargos: Andrea Stella en McLaren, James Vowles en Williams, Ayao Komatsu en Haas y ahora Mekies en Red Bull.
Un segundo factor es que, con Mekies al mando, Red Bull intenta apoyarse un poco más en las sensaciones del piloto y no solo en los números, como explicó Marko en el paddock: "Ahora la idea es tomar lo que nos muestra la simulación, pero combinarlo con la experiencia de Max y la de nuestros ingenieros de pista. Ya no seguimos ciegamente lo que dice la simulación".
Esta escucha más activa al piloto se vio claramente en Monza, cuando Verstappen insistió en mantener la configuración de baja carga aerodinámica de cara a la clasificación. "Aunque parecía mucho más difícil conseguir el equilibrio con ese nivel más bajo de carga, Max estuvo muy firme y nos presionó para mantenerlo en el coche y buscar otras soluciones que le devolvieran el balance. Los chicos hicieron un trabajo increíble gestionando eso", recordó Mekies.
El equipo optó por realizar otros ajustes de reglaje en lugar de añadir más carga con el alerón, y la decisión resultó acertada. Verstappen merece parte del crédito, pero también Mekies: el triángulo formado por piloto, jefe de equipo y departamento técnico funcionó a la perfección en Monza. Parte de ese éxito radica en la comunicación, precisamente el área sobre la que más han hablado positivamente Verstappen y Marko.
¿Buscando armonía tras las luchas internas?
La respuesta modesta de Mekies también resulta interesante a la luz de las luchas internas de poder que Red Bull ha vivido en los últimos 20 meses. Parte del conflicto radicaba en que el 'bando austríaco' consideraba que Horner intentaba acaparar demasiado poder en distintas áreas de las operaciones de Red Bull Racing. La narrativa hacia los accionistas tailandeses era, en parte, que Horner, como jefe con más años de servicio, era una pieza clave detrás del éxito de la escudería.
Si bien eso es cierto hasta cierto punto, dado el impresionante historial de 20 años de Horner (ocho títulos de pilotos y seis campeonatos de constructores), Mekies ha elegido la actitud opuesta. Se ha negado a exagerar su rol e incluso lo ha minimizado, al menos en Monza. Esta modestia ha sido bien recibida por ciertos sectores del equipo después de meses turbulentos.

Laurent Mekies, Red Bull Racing Team Principal
Photo by: Mark Thompson / Getty Images
También resultó llamativo que fuese el director técnico Pierre Wache quien subiera al podio. En esencia, Mekies podría haber ido él mismo para celebrar su primera victoria como jefe de equipo, pero prefirió que fuese Wache –quien ha estado bajo mayor presión pública debido a las debilidades del coche– quien recibiera ese protagonismo. Compartir el éxito y la atención mediática encaja con el enfoque mostrado hasta ahora. Wache disfrutó visiblemente su visita al podio, incluso cuando se reunió con algunos periodistas detrás del garaje de Red Bull tras la ceremonia, aún con restos de champán en sus gafas.
Este tipo de "gestión de personas" no debe subestimarse en la F1 moderna. También coincide con la tendencia más amplia de ingenieros al frente de los equipos. Stella, en McLaren, por ejemplo, sigue una línea similar: coloca al equipo en primer plano y evita reclamar méritos personales. Si Red Bull puede seguir un camino similar al de McLaren de forma estructural está por verse. Mucho dependerá de su propio motor para 2026, que, como ya admitió Mekies, sigue siendo "un Everest por escalar". Sin embargo, en Monza, la nueva dirección que Red Bull quiere seguir ya dio un pequeño e inesperado momento de éxito, y ese impulso anímico podría resultar muy importante.
En definitiva, la contribución de Mekies fue, sin duda, mucho mayor que cero, pero resulta admirable y, de algún modo, inteligente que eligiera no decirlo públicamente la noche del domingo.
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