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El primer título de F1 de Niki Lauda hace 50 años, en sus propias palabras

En 2015, Niki Lauda concedió una extensa entrevista a nuestro colega Christian Nimmervoll, en la que repasó su primer título de Fórmula 1, probablemente el menos famoso de sus campeonatos, pero "el más importante" de todos.

Niki Lauda, Ferrari

Hace exactamente cincuenta años, Niki Lauda ganó su primer título mundial de Fórmula 1 con un tercer lugar en Monza. Los tifosi celebraron a su héroe, con Clay Regazzoni dándoles la victoria en casa como broche de oro.

En 1975, Lauda y Ferrari establecieron nuevos estándares en la Fórmula 1. El austríaco puso fin a una sequía de títulos de 11 años para la Scuderia y sentó las bases de una nueva era de éxito, no muy diferente a los tiempos de Michael Schumacher.

Aun así, Lauda no se mostró sentimental al respecto. Preguntado por su revolucionario 312 T, admitió: "Ni siquiera me acuerdo de él ahora, si me lo preguntas hoy". Luego, la curiosidad pudo más que él: "¿Cuántas carreras gané?". La respuesta: cinco grandes premios y nada menos que nueve poles en solo 14 carreras.

Su compañero de batallas: Clay Regazzoni

Clay Regazzoni, Niki Lauda, Ferrari 312B3-74

Clay Regazzoni, Niki Lauda, Ferrari 312B3-74

Photo by: Bernard Cahier / Getty Images

Lauda se unió a Ferrari en 1974, terminando cuarto en el campeonato con dos victorias, mientras su compañero Clay Regazzoni perdió el título ante Emerson Fittipaldi (McLaren) por apenas tres puntos. Lauda había demostrado ser extremadamente rápido, aunque todavía propenso a cometer errores.

Regazzoni había recomendado a Lauda a Enzo Ferrari, lo que le permitió pagar el préstamo que había solicitado para financiar el inicio de su carrera en F1. El austríaco recuerda con afecto a su compañero.

"Si hacía todo bien, era más rápido que él", recordó Lauda. "Fue un buen compañero porque me presionaba lo suficiente para alcanzar mi máximo rendimiento. Sin él, solo habría sido bueno, especialmente en Ferrari, donde la política jugaba un papel enorme".

En 1974, el hombre del bigote aún tenía la ventaja, pero Lauda ya comenzaba a socavar su estatus de número uno.

El joven estratega: Luca di Montezemolo

Niki Lauda y Luca Di Montezemolo

Niki Lauda y Luca Di Montezemolo

Photo by: Sutton Images

La Scuderia estaba dirigida por un recién llegado de 27 años, Luca di Montezemolo, apenas un poco mayor que Lauda y nada menos que ocho años más joven que Regazzoni.

Di Montezemolo a veces se equivocaba, recordó Lauda: "Luca era inexperto al principio, pero estratégicamente fuerte, aunque cometía errores".

En la década de 1970, los polesitters todavía podían elegir desde qué lado de la parrilla largar. Cuando Lauda marcó el mejor tiempo en el GP de Mónaco de 1974, por delante de Regazzoni, se sorprendió al encontrarse en el lado izquierdo de la parrilla.

"Eso fue idea de Montezemolo, porque se dio cuenta de que [Ronnie] Peterson estaba detrás de mí", explicó. "Y como Peterson era un peligro, me puso a la izquierda para bloquear un ataque". Cuando Regazzoni tomó la delantera en la salida, Lauda se enfureció: "Luca debía estar loco. Con todo respeto, ¡pero esa era mi pole position!".

Lauda presionó tanto a Regazzoni que el suizo se estrelló y abandonó, antes de que él mismo se retirara por una falla eléctrica. "Así que ambos perdimos la carrera. Y le dije a Luca: '¿Ves? ¡Esto fue completamente innecesario!'".

El mal arranque de Lauda en 1975

Lauda no pasó de un sexto y un quinto lugar en las dos primeras rondas con el viejo 312 B3, y luego estrelló el nuevo 312 T en su debut durante las prácticas libres en Kyalami, logrando una mediocre quinta posición en la carrera.

Ferrari fue duramente criticada por la prensa italiana, pero Lauda sospechaba que algo andaba mal con el nuevo coche y exigió que se lo probara frente al modelo anterior en Fiorano. Los ingenieros descubrieron una correa floja en la unidad dosificadora de combustible, que había provocado una pérdida de 80 caballos de potencia en Kyalami.

El genio técnico: Mauro Forghieri

Niki Lauda, Ferrari 312T, Mauro Forghieri, diseñador de Ferrari.

Niki Lauda, Ferrari 312T, Mauro Forghieri, diseñador de Ferrari.

Photo by: David Phipps

El brillante ingeniero jefe de Ferrari, Mauro Forghieri, jugó un papel clave en el éxito de Lauda en 1975, con una revolucionaria caja de cambios transversal de siete velocidades situada delante del eje trasero, lo que mejoró notablemente el equilibrio del coche.

La pericia técnica y el enfoque meticuloso de Lauda ya eran reconocidos en esa época, y él se empeñaba en probar su coche tanto como fuera posible, aprovechando al máximo el circuito privado de Fiorano, igual que haría Schumacher un par de décadas más tarde.

"Una de las cosas más importantes en Fiorano era que podías conducir todos los días y mejorar el coche", recordó. "Otros equipos solo tenían acceso a circuitos que ni siquiera les pertenecían. Pero nosotros podíamos desarrollar constantemente, y eso nos daba una gran ventaja. Cuanto más trabajábamos, más rápido progresábamos".

Lauda y el Commendatore: "¿Quanti punti?" "¡Nove!"

Enzo Ferrari con Niki Lauda, Ferrari

Enzo Ferrari con Niki Lauda, Ferrari

Photo by: Ercole Colombo

El legendario jefe de equipo Enzo Ferrari seguía de cerca a Lauda. "Siempre que terminaba y estaba a punto de irme, el Viejo me preguntaba '¿Quanti punti?' ['¿Cuántos puntos?'], y yo respondía 'Nove' ['Nueve']. Él estaba feliz, y yo me iba. Esa era su expectativa: ganar y sumar nueve puntos. Se convirtió en una frase habitual en aquella época".

¿Por qué Ferrari lo respetaba tanto? "Le gustaba mi forma directa de ser", reflexionó Lauda. "Era más emocional con otros pilotos: los celebraba cuando ganaban, los destruía cuando no lo hacían.

"Creo que había muy pocos a los que realmente apreciaba. Gilles Villeneuve era sin duda uno de ellos, por su estilo agresivo. Yo lo era de otra forma, porque quería que la tecnología funcionara para que su Ferrari ganara al final".

Un beso para una princesa

S.A.S. la Princesa Grace y Niki Lauda, 1.º puesto, en el podio

S.A.S. la Princesa Grace y Niki Lauda, 1.º puesto, en el podio

Photo by: Ercole Colombo

El gran momento de Lauda llegó en las calles de Mónaco, en lo que él describió como la carrera más difícil de su vida. Logró una impresionante pole position con seis décimas de ventaja sobre Tom Pryce (Shadow), terminando temblando por el esfuerzo extremo.

Mientras numerosos accidentes ocurrían en la carrera bajo lluvia, Lauda sufrió un problema de presión de aceite y tuvo que defenderse desesperadamente de Emerson Fittipaldi, con la prueba terminando tres vueltas antes de lo previsto. Así, puso fin a una racha de dos décadas sin victorias de Ferrari en el Principado.

El ganador besó la mano de Grace Kelly al saludar a la Princesa de Mónaco en el podio, lo que desató una controversia que lo dejó desconcertado.

"En casa me enseñaron que debes besar la mano de una dama, especialmente de ella, Grace Kelly, la soberana aquí en Mónaco. Para mí era obvio", dijo con naturalidad. "Pero el mundo entero se sorprendió".

Coqueteando con la muerte en el Nordschleife

Niki Lauda, Ferrari 312T

Niki Lauda, Ferrari 312T

Photo by: Rainer Schlegelmilch / Getty Images

En el temible circuito que casi le costaría la vida un año después, Lauda estableció un nuevo récord con la primera vuelta por debajo de siete minutos: 6m58.6s.

"Dije entonces que nunca volvería a lograrlo en mi vida. Fue una vuelta increíble, un desafío hasta el final, riesgo absoluto", recordó Lauda, y agregó: "Sabía que si lo intentaba una vez más, moriría. Así que no lo hice".

Gloria mundial en territorio Ferrari

Lauda tuvo su primera oportunidad de asegurar el título en Monza, el mismo circuito donde un año más tarde haría su sensacional regreso tras el accidente de Nürburgring.

El piloto de Ferrari solo necesitaba terminar quinto, después de que Fittipaldi no sumara puntos en las dos rondas anteriores.

Niki Lauda, Ferrari 312T, Jim Crawford, Lotus 72E Ford

Niki Lauda, Ferrari 312T, Jim Crawford, Lotus 72E Ford

Photo by: LAT Images

Saliendo desde la pole, Lauda se colocó detrás del otro Ferrari de Regazzoni, quien aún tenía opciones matemáticas, y evitó cualquier riesgo. "No creo que lo haya dejado pasar, creo que simplemente me adelantó", reflexionó Lauda. "Pero mi objetivo era ganar el campeonato. Así que no iba a arriesgar nada por la victoria en la carrera: solo necesitaba llevarme los puntos a casa".

Fue un resultado perfecto para Ferrari: Regazzoni le dio a los tifosi la victoria en casa, mientras que Lauda, recién coronado campeón, lo acompañó en el podio con el tercer lugar. Sus primeras palabras como campeón mundial: "Creo que el amortiguador trasero izquierdo está roto". Típico de Lauda, descrito por un periódico como "un robot con corazón".

Tan sereno como estuvo en la carrera, el caos posterior lo desbordó. La policía montada tuvo que escoltarlo hasta el podio entre la multitud enloquecida. Cuando el periodista Heinz Prueller le preguntó cómo se sentía en el paddock, un pálido Lauda respondió: "Asustado, por el momento. En el camino, uno de los caballos dio una patada, a solo dos centímetros de mis delgados zapatos de competición". Su único pensamiento: "Salir entero de esto".

Niki Lauda, tercero.

Niki Lauda, tercero.

Photo by: LAT Images

Aun así, más tarde describiría ese día como "el más hermoso" de su vida. No era para menos: este triunfo era la recompensa por años de lucha, tras desafiar las dificultades económicas y la oposición de su familia para abrirse camino en el automovilismo.

"No puedes planificar cuándo o cómo avanzas durante esa etapa", dijo sobre sus duros primeros años. "Depende de tantos factores. Lo que significa que el primer campeonato mundial que ganas es el más difícil de todos, porque el viaje comienza en la Fórmula 3. Cuando lo logras, sabes que finalmente tienes un resultado que mostrar por todo lo que hiciste desde el principio hasta ahora. Por eso es el más importante de todos".

A partir de ahí, explicó, todo se vuelve más fácil, sin importar las circunstancias: "Porque ya has demostrado que puedes hacerlo. Entonces tienes la confianza: eres campeón del mundo. Por eso el segundo y el tercer título son más fáciles. El primero siempre es el más difícil".

Por qué Lauda nunca tuvo el Ferrari con el que ganó el título

Lauda no se dejó llevar por la euforia cuando conquistó la corona de 1975. Intentó convencer a Enzo Ferrari —quien le dio poco reconocimiento por el logro ("No, no, era tímido", matizó Lauda)— para que le vendiera su coche campeón a un precio favorable. Pero en cuanto comenzaron las pruebas con el nuevo coche de 1976, el antiguo ya no le interesó.

Niki Lauda, Ferrari 312T

Niki Lauda, Ferrari 312T

Photo by: Sutton Images

Lauda perdió el campeonato de 1976 ante James Hunt, retirándose de la última carrera en Fuji por la lluvia torrencial.

"No perdí en 1976 por Japón, sino por el accidente (de Nurburgring)", aclaró. "A veces me asombra cómo la gente lo suaviza. Es una tontería. Sin el accidente y las tres carreras que me perdí, habría sido campeón mundial.

"Pero mi etapa con Ferrari en el 75, 76 y 77… si lo juntas, podría haber sido campeón tres veces. Nada mal".

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