Quartararo ante su difícil momento en Yamaha: no quiero pensar en el futuro

Fabio Quartararo, en su versión más zen, ha preferido centrarse este verano en su preparación física que en analizar los puntos débiles de su Yamaha o en aquellos elementos que la fábrica puede aportar para minimizarlos.

Fabio Quartararo, Yamaha Factory Racing

En los últimos meses, el discurso y la puesta en escena de Fabio Quartararo han sido los mismos en cada comparecencia, salvo contadas excepciones. El talento del francés, campeón del mundo de 2021, se estrella con las limitaciones que presenta la M1 que conduce, que flojea en la mayoría de los parámetros al medirse con corto con las Ducati, las Aprilia y, según se vio en Brno, también con las KTM.

El Diablo es la punta de lanza de un proyecto que se encuentra en un impase, con los ingenieros principalmente centrados en la confección y el desarrollo del motor V4 con el que la marca de los diapasones espera poder recuperar el protagonismo perdido de cara a 2027, cuando entren en escena el nuevo reglamento y los propulsores de 850cc. Hasta entonces queda todavía un mundo, y el camino hecho hasta ahora no lleva a Quartararo a subirse al carro del optimismo.

Seguramente por ello, el de Niza ha optado este verano por desconectar a todos los niveles, dividiendo el dos el tiempo libre. La primera semana se fue de vacaciones a la playa, y la segunda se quedó en Andorra, donde vive y donde se aplicó en su preparación física. Además del 'running', una de sus principales aficiones, al #20 se le vio practicando el trial junto a ilustres como Casey Stoner, antes de desplazarse hasta Austria, donde este viernes volverá a saltar a la pista y, presumiblemente, a darse de frente con la realidad que le presenta la M1. 

"He preferido no pensar ni en la primera mitad de temporada, ni en lo que viene. Me fui una semana de vacaciones y las otras dos me quedé en casa, entrenando", resumió Quartararo, que acumula un solo podio, aquel milagroso segundo puesto en Jerez, como punto álgido de este 2025.

Marc Márquez, Ducati Team, Fabio Quartararo, Yamaha Factory Racing

Marc Márquez, Ducati Team, Fabio Quartararo, Yamaha Factory Racing

Foto de: Qian Jun / MB Media / Getty Images

"No hay mucho que analizar, porque eso ya lo hacemos al terminar las carreras. Es verdad que hubo un test, en Barcelona, el 30 y el 31 de julio. Tenía que ir a verlo, pero preferí quedarme en casa. Ni siquiera pregunté porque prefiero probar yo las cosas y sacar mis propias conclusiones", ahondó el de Yamaha, noveno en la tabla de puntos, con un margen de cinco puntos a su favor sobre Fermín Aldeguer, y un déficit de siete respecto de Johann Zarco (octavo). 

A partir de este gran premio, en Spielberg, las motos incorporarán a través de la centralita electrónica una nueva herramienta para controlar un poco más las derrapadas, y la pérdida de tracción. Para él, esto puede ayudar un poco a maquillar las deficiencias que arrastra el prototipo del fabricante de Iwata, sobre todo en aceleración."Probé el control de estabilidad en Misano, hace unos meses, y fue muy bien. Sabiendo que estamos un poco por detrás de los demás en electrónica, puede que nos ayude un poco. Creo que esto puede enmascarar un poco más nuestros problemas" vaticinó el chico francés, quien, además de desbravarse, prepararse y descansar, también pudo seguir las 8 Horas de Suzuka, en las que Yamaha terminó segunda:"Algún día correré allí, porque se trata de una carrera legendaria, pero este el momento adecuado".

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