Cuando todo estaba listo para el comienzo del Gran Premio de Austria en el Red Bull Ring de Spielberg, el Williams FW47 de Carlos Sainz tenía otra idea.

El monoplaza del piloto español quedo detenido sin poder arrancar desde su 19º lugar en la parrilla mientras todos los demás competidores arrancaban la vuelta de formación previa a las 70 vueltas de carrera previstas en la competencia.

Sainz pudo poner en marcha el coche segundos después, pero como los mecánicos de Williams lo habían tocado para ayudarlo, el expiloto de Ferrari debió dirigirse al pitlane para tomar la salida desde allí.

Sin embargo, cuando completó toda la vuelta y se posicionó en la salida del pitlane, los frenos traseros, tanto del lado derecho como del izquierdo, tomaron fuego, lo que finalmente determinó que el día de Sainz termine antes de siquiera arrancar la carrera.

Como el inicio del Gran Premio de Austria tuvo que ser abortado, Dirección de Carrera dispuso que la competencia se ponga en marcha a las 15:15, hora local, descontando una vuelta a lo previsto inicialmente porque debió realizarse otra vuelta de formación.

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