Por qué Lawson necesita un reinicio para salvar su asiento dentro de Racing Bulls
Han pasado dos carreras desde el regreso de Liam Lawson a Racing Bulls y no ha sido el regreso que se esperaba para revitalizar al neozelandés. Esto es lo que está fallando y lo que Lawson necesita en Arabia Saudí.
"Hasta ahora no ha sido muy divertido", puede ser una nota concisa escrita por el difunto Roger Ebert a mitad de camino de una tibia superproducción multimillonaria (Star Wars: El ataque de los clones, ¿quizás?) o la evaluación de Liam Lawson de sus cuatro primeras carreras en 2025. Como no somos Empire Magazine, ya saben que probablemente se trate de lo segundo.
Se suponía que esta iba a ser la gran oportunidad de Lawson cuando tomó el segundo coche de Red Bull cuando Sergio Pérez fue despedido por el equipo, el neozelandés fue seleccionado por los directivos porque según tenía rasgos de adaptabilidad, pragmatismo y cabeza dura cuando se enfrentó a pilotos mucho más experimentados en la parrilla, aunque en los resultados era superado por Yuki Tsunoda.
Su forma de atacar a los hispanos distó mucho de lo que ha mostrado hasta ahora en pista. En su primera carrera de regreso a la F1, el año pasado en Austin, no se doblegó ni una sola vez ante Fernando Alonso. Tampoco jugó un papel servil ante Checo Pérez en México durante su propio sparring en pista, algo por lo que fue amonestado públicamente por los altos mandos de Red Bull. Sin embargo, ante el resto de la parrilla fue como un tierno gatito.
Como ya se comentó en su momento, se le dio el segundo asiento a pesar de que la mayoría de las métricas concebibles estaban a favor de Yuki Tsunoda a la hora de considerar qué piloto promocionar. Tsunoda tenía más puntos en sus enfrentamientos directos, mejores resultados en clasificación, más experiencia y una trayectoria tangible de progreso en sus cuatro años anteriores en el campeonato. A pesar de todos los datos que se manejan en la F1, la gestión de pilotos de Red Bull parece mantenerse unida gracias al poder adhesivo de las "vibraciones"; en este caso, la sensación de que si Lawson puede estar razonablemente cerca de Tsunoda desde el principio, entonces seguro que tiene potencial para llegar a un nivel superior.
Luego vinieron las pruebas; todo indica que Red Bull se dio cuenta relativamente rápido de que había cometido un pequeño error. No se trata de despreciar a Lawson -de acuerdo, quizás un poco-, pero era casi como si meter a un piloto con sólo 11 carreras de experiencia en un coche notoriamente difícil de manejar pudiera considerarse como precipitarse.
Liam Lawson, Red Bull Racing
Foto de: Red Bull Content Pool
Lawson pudo darlo todo en el AlphaTauri de 2023 y en el RB del año pasado, ya que eran (en el momento en que los tuvo en sus manos) coches de manejo benigno. Tanto en las tandas largas como en las cortas de los test de Bahréin, Lawson se situó a cierta distancia de Verstappen, y ese déficit abismal se filtró con virulencia en la temporada. Para consternación de Red Bull, el neozelandés se había doblegado a los caprichos del coche que se esperaba que cogiera por el cuello.
El cambio con Tsunoda debía servir para dos cosas: una, ayudar a Lawson a reconstruirse, y dos, dar a Red Bull un piloto que había estado desafiantemente impresionante en las dos primeras carreras. Si las estrategias de Racing Bull hubieran estado un poco más a la altura, Tsunoda habría acumulado una serie de resultados en la zona media del top 10: estaba rodando quinto en Australia antes de que llegara el chaparrón, y en una séptima posición neta en China antes de que su equipo decidiera que valía la pena hacer una segunda parada a pesar de la abrumadora evidencia de lo contrario.
Aunque se sabía que Christian Horner tenía más reservas que un restaurante con estrellas Michelin sobre la valía de Tsunoda, ni siquiera él pudo seguir luchando contra la marea. A partir de Bahréin, Tsunoda demostró que podía ser más competitivo que Lawson en el RB21.
Pero todo esto deja a Lawson en una situación muy precaria. El hecho de que Tsunoda haya sido capaz de subirse a un coche difícil y ponerlo a punto sugiere que la decisión de cambiar de pilotos ha sido (al menos hasta ahora) justificada, mientras que Lawson se ha subido a un coche más fácil y aún no ha puntuado.
Japón puede considerarse una ronda de aprendizaje. Lawson superó a Tsunoda, pero fue asaltado por su ex compañero de equipo al principio de la carrera. En cuanto a Bahréin, Lawson se mostró comprensiblemente a la defensiva sobre su incapacidad para salir de la Q1, afirmando que "un problema con el DRS" le había costado su progresión. Aunque vago, técnicamente es cierto, pero su explicación omite una parte importante. El jefe técnico Tim Goss explicó que Lawson tuvo que levantar el pie a la salida de la curva 10, y que el recorrido del acelerador fue suficiente para que se desconectara el DRS. Si la explicación de Goss concuerda, parece que el piloto se esforzó demasiado en una curva que normalmente recompensa una salida pasiva.
La carrera de Lawson también sugiere que se está excediendo. En su esfuerzo por recuperarse, recogió dos penalizaciones por contacto con otros pilotos - Lance Stroll y Nico Hulkenberg - nada de que "sentí que la única manera en que podía adelantar era teniendo un lanzamiento desde bastante atrás". Eso es ciertamente el equivalente en la F1 de lanzar ciertas sustancias no newtonianas contra una pared para ver qué se pega, o más bien, lanzar a un montón de veinteañeros en un Red Bull para ver qué funciona...
Liam Lawson, Racing Bulls
Foto: Bryn Lennon - Getty Images
El objetivo de la degradación de Lawson era que redescubriera su mojo libre de presión y le permitiera volver a un ambiente más familiar. En su lugar, parece haber una sensación de desesperación por acelerar el proceso y demostrar sus cualidades de una forma que él considera más oportuna.
Y, de momento, eso le ha costado caro a Racing Bulls; uno no puede evitar preguntarse cómo le habría ido a Tsunoda en lugar de Lawson. A pesar de las afirmaciones de Lawson de que ha superado a Tsunoda en su época de júnior, una declaración retrospectivamente desacertada antes de su descenso de categoría, en realidad no está demostrando a nadie que sea mejor piloto. (En cualquier caso, la afirmación de Lawson no tiene mucho sentido si se tiene en cuenta que Tsunoda, que pilotaba para el equipo Jenzer de F3 en 2019, fue impresionante ese año, y podría decirse que fue la razón por la que el piloto japonés le adelantó en la jerarquía).
¿Qué necesita Lawson? En este momento, probablemente una semana de descanso, pero como el Gran Premio de Arabia Saudí es el siguiente, no puede permitirse ese lujo. En cualquier caso, necesita una perturbación psicológica: algo que sacuda el sistema e inhiba su monólogo interno de perseguir la cola durante un fin de semana de gran premio. Puede que Saudi empiece con una puesta a punto fuera de base que le haga sentir como si intentara conducir un carrito de supermercado por una calle adoquinada, y que luego vuelva a su línea de base habitual. Las tretas suelen funcionar en situaciones como ésta.
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