Sainz sentencia: Mercedes y McLaren son más rápidos que nosotros

En vísperas de la ronda húngara, soplaba una brisa de confianza y optimismo en la casa Ferrari porque, desde su punto de vista, la pista de Hungaroring debería haber sido favorable a las características del SF-23, que hasta bien entrada la primera parte de la temporada había demostrado a menudo que digería bien los tramos lentos y las pistas con mucha tracción.

Sin embargo, por el contrario, el coche del Cavallino Rampante sufrió tanto en la calificación como en la carrera. En la vuelta rápida, el coche de Maranello no encontró el equilibrio adecuado en todo momento, especialmente en términos de rendimiento puro y gestión de la temperatura de los neumáticos. No es casualidad que los pilotos dijeran que lo habían dado todo en la vuelta de clasificación, pero sin encontrar esas décimas extra que les habrían permitido escalar posiciones en la clasificación.

Por eso en Ferrari hay más que un atisbo de decepción. Si en el simulador de fábrica los indicios apuntaban a una competitividad que podría haber llevado al SF-23 al menos a la primera fila, la pista contó otra historia, incluso en carrera: "Eso es lo que todos esperábamos en vísperas de la carrera, pero está claro que no ha sido así", explicó Carlos Sainz cuando se le recordó que, en vísperas de la carrera, los pilotos habían dicho que la pista húngara podía ser amable con ellos.

Charles Leclerc, Ferrari SF-23, Carlos Sainz

Foto: Zak Mauger / Motorsport Images

"Tenemos que entender por qué e intentarlo de nuevo en Spa quizás con una filosofía ligeramente diferente para ver si podemos mejorar".

El español tuvo que salir desde el undécimo cajón, pero pronto fue capaz de colocarse por detrás de su compañero de equipo tras pocas vueltas, aprovechando el neumático blando de la salida para recuperar varias posiciones. En el segundo stint tuvo la oportunidad de colocarse en cabeza gracias al problema de Leclerc en la parada en boxes, pero fue incapaz de marcar un ritmo suficiente para distanciarse del monegasco, que volvió a adelantarse gracias a la segunda parada temprana.

Los dos Ferraris terminaron así séptimo y octavo, un resultado que Sainz indica que está en línea con el verdadero valor de este SF-23: "Creo que hemos terminado exactamente donde está nuestro potencial. Séptimo y octavo, un poco como en Silverstone. Tenemos que entenderlo, nuestros rivales están progresando en el desarrollo".

Carlos Sainz, Ferrari SF-23

Foto: Zak Mauger / Motorsport Images

"McLaren y Mercedes tenían un ritmo superior al nuestro, algo que ya hemos visto antes, pero cuando usamos los neumáticos duros en los stints más largos, nos cuesta y tenemos que mejorar."

A pesar del optimismo inicial, el fin de semana húngaro fue una especie de jarro de agua fría para todo el equipo italiano. Sin embargo, Sainz quiso recordar que todavía hay margen de desarrollo que se puede aprovechar si se sigue trabajando en los puntos débiles del proyecto.

"Está claro que el coche de este año, aunque lo estamos desarrollando bien, tiene algunos aspectos que no podemos corregir tan rápido como nos gustaría, pero en este circuito, con curvas más largas, donde sufrimos más con el equilibrio en ritmo de carrera cuando hace calor, se hace aún más difícil y empezamos a sufrir aún más degradación.

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