¿Por qué todos están tan enojados con McLaren después de Monza?
McLaren fue criticado por su decisión de órdenes de equipo en el GP de Italia, y los puntos clave que irritaron a muchos abren interrogantes más profundos sobre la manera correcta de actuar en la F1...
Lando Norris, McLaren, Oscar Piastri, McLaren, Andrea Stella, McLaren
Foto de: Jayce Illman / Getty Images
Para cuando llegue y pase el Gran Premio de Azerbaiyán, los comentaristas de Fórmula 1 habrán encontrado otra cosa con la que divertirse o indignarse, mientras el episodio de Monza se desvanece en el olvido.
El intercambio forzado de posiciones entre Lando Norris y Oscar Piastri se convirtió en objeto de memes, indignación y burlas, luego de que McLaren devolviera el orden entre sus pilotos a la situación previa a las paradas en boxes, después de que Norris perdiera tiempo con una detención lenta. Era bastante obvio que McLaren actuaría así y, a pesar de las protestas de Piastri —quien argumentó que las paradas lentas también forman parte de las carreras—, finalmente acató la orden.
Mucha gente perdió la cabeza con esta decisión, incluso si —como sostuvo el jefe de equipo Andrea Stella— McLaren sintió que estaba actuando de manera justa.
Gran parte de la indignación giró en torno a la idea de que, en realidad, era algo injusto, pues perjudicaba a Piastri por razones que escapaban a su control. Pero se podría argumentar que, si el equipo realmente quiere ofrecer un entorno absolutamente justo e igualitario, debería actuar de manera que también neutralice la desventaja sufrida por Norris. Ahora bien, ¿es la interpretación literal de justicia realmente justa?
Todo depende de la perspectiva, y la de McLaren pareció ser que un error del equipo en boxes era menos justo para un piloto que para el otro.
El GP de Hungría 2024 se había desarrollado de forma bastante similar: Piastri tomó la delantera sobre Norris, este recuperó la punta con un undercut inesperado después de parar para cubrirse de Lewis Hamilton, y luego se mostró reacio a devolverle la posición. Finalmente, Norris permitió que Piastri lo superara para lograr su primera victoria en la F1.
Lando Norris, McLaren, Oscar Piastri, McLaren
Photo by: Andy Hone/ LAT Images via Getty Images
Esto incluso podría considerarse una situación más compleja. Pero en aquella carrera McLaren definió sus principios. Lo de Monza fue una continuación de esa política, aunque en la dirección opuesta: la parada de Piastri se planificó para cubrir a Charles Leclerc, mientras que Norris ingresó después y el equipo tuvo un problema con su neumático delantero izquierdo, lo que hizo que saliera detrás.
Por supuesto, McLaren no tenía intención de que eso sucediera y quiso restaurar las posiciones originales. El resultado final fue el mismo que antes de las paradas, pero con un interludio en el que Piastri corrió brevemente en segundo lugar. Esto provocó un debate casi existencialista sobre la permanencia de las cosas, la imposibilidad de volver a meter al genio en la lámpara y de cerrar una caja de gusanos una vez abierta.
Este tipo de situaciones también alimenta la discusión sobre qué es lo "correcto" en el automovilismo. ¿Dos errores se compensan y se convierten en algo justo? ¿O es McLaren tratando de luchar contra la naturaleza o el azar para revertir un orden establecido?
Aquí hay algo filosófico: como abrir la Caja de Pandora, o descubrir que el gato de Schrödinger está muerto y empieza a oler. ¿Se debe abrir la caja de las órdenes de equipo, cuestionar los momentos que se perciben como injustos y dejar la puerta abierta a consecuencias futuras? ¿O hay que dejar que las cosas sigan su curso natural y esperar que la justicia kármica del universo actúe por sí sola?
La verdad es que cualquiera de las dos posturas puede ser válida. Cuando se piensa en términos de las grandes teorías filosóficas, todo parece bastante insignificante.
Toto Wolff sugirió que McLaren había sentado un "precedente peligroso" con su decisión en Monza, pero en realidad ya lo había hecho en Hungría el año pasado.
Curiosamente, la carrera de Hungría de este año pareció más bien un "sálvese quien pueda": quizás el equipo realmente no creía que la estrategia de Norris fuera a funcionar, aunque las variaciones estratégicas no son algo raro en McLaren. El reacomodo de posiciones parece limitarse a situaciones en las que el equipo intenta ejecutar un plan, pero las cosas no salen como se esperaba.
Oscar Piastri, McLaren
Photo by: Mark Thompson / Getty Images
Esto contrasta con la reputación de la F1 como un entorno despiadado, donde a la gente la apuñalan por la espalda nueve veces antes de terminar el café de la mañana, y donde la ética suele quedar relegada ante la obsesión por ganar y tener éxito.
Cuando McLaren se presenta y dice que quiere construir una cultura de "justicia y transparencia", muchos lo ven con sospecha. No es lo que uno imagina al pensar en la dinámica de un equipo de F1; la naturaleza ultra competitiva del campeonato parece incompatible con esa filosofía.
Por eso, algunos interpretan que McLaren está tratando de controlar la pelea por el título. Naturalmente, habrá fanáticos de ambos lados que aseguren que el equipo favorece a un piloto sobre el otro, y otros que crean que McLaren intenta forzar un duelo final por el campeonato.
Dada la valoración que el equipo tiene por ambos pilotos, esto no parece cierto. Además, Piastri cuenta con 31 puntos de ventaja y es, claramente, la apuesta más segura para llevarse el título. Por mucho que los memes lo insinúen, McLaren no va a obligar a Piastri a retirarse de una carrera para compensar lo ocurrido en Zandvoort.
Pero, como ya hemos dicho, la próxima semana todo esto será historia. Estaremos enojados por otra cosa, porque los seres humanos somos volubles.
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