Jonathan Rea, Kawasaki Racing
Photo by: Gold and Goose / LAT Images
El mundial de Superbike tiene a
Jonathan Rea camino a su tercera corona consecutiva.
Mientras esto ocurre, quienes dirigen los destinos del campeonato mundial basado en motos de serie, preparan cambios sustanciales para recuperar la competitividad entre sus protagonistas.
Algunos cambios suenan drásticos y parece que con inmediata ejecución ya que se habla de 2018 como fecha para. Introducirlos, o 2019 como muy tarde.
En esto se puede ver cierto interés no solo de reducir costos y mejorar la competitividad, sino también el hecho de abrir un poco más la brecha entre las motos de Superbike y los prototipos de MotoGP.
Hemos visto en estos últimos tiempos rendimientos notables de las motos más veloces del WSBK, logrando tiempos muy cercanos a los de MotoGP y si hay algo que tiene claro Dorna Sports, empresa a cargo de los dos mundiales, es que no necesitan una competencia o comparaciones directas entre ambas categorías.
A grandes rasgos sabemos que hay unos 30 HP a favor de MotoGP, sumado a los neumáticos que son desarrollados específicamente para esta competencia y los discos de frenos de carbono marcan otro punto importante. La introducción de la centralita única provista por Dorna quizás haya sido un paso atrás para los fabricantes pero, para MotoGP fue un acierto con muchos más protagonistas, marcas y pilotos, luchando por las victorias.
Superbike por su parte, mantiene los discos de frenos de acero, con una potencia que ronda los 220 HP y varias limitaciones en el kit de competición que transforma una moto de serie en una pura sangre de carreras.
Ahora bien, los caminos a desentrañar por las autoridades en el Superbike apuntan hacia el mismo sentido pero con recetas muy diferentes. Todos quieren más lucha, más fabricantes involucrados y una conexión más fuerte con los campeonatos de orden nacional.
La incorporación de la centralina única para todos podría ser el primer paso, ya que la electrónica es uno de los apartados que más recursos demanda y por ende uno de los factores que más incide en la performance. Esto no es algo que seduzca a las marcas pero es una regla que podrían aceptar para sostener el negocio.
La otra posibilidad que se baraja es la más drástica y habla de desaparecer el actual reglamento del Superbike y que ésta adopte las regulaciones del SuperStock 1000. Tendríamos motos mucho mas estandarizadas, con menor costo de preparación pero con un rendimiento absolutamente inferior. De alguna manera ellos están diciendo ya tenemos una categoría que corre a más de 330 km/h y es MotoGP, no necesitamos otra.
Jonathan Rea ya expresó su punto de vista y dijo que los demás equipos deberían gastar un poco más de dinero. Esa podría ser una solución pero hay que ver quien está dispuesto y si esa inyección económica se traduce en resultados, eso nadie lo puede garantizar.
Por tratarse de la segunda categoría en importancia para el motociclismo mundial, habrá que estar atentos y ver la dirección que toman las cosas. Lo concreto es que trabajen con la premisa de mejorar, eso es lo que esperan los seguidores de siempre del Mundial de Superbike.
@damonrelator
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