Márquez califica su caída en Indonesia como "una de las más duras"
Marc Márquez afirma encontrarse bien a pesar de la escalofriante caída que sufrió durante el warm up en Mandalika, que le dejó fuera de la carrera: “Fue la mejor decisión”.
 
    Fiel a su estilo y perseverancia, el multicampeón quiso darle la vuelta a una situación de lo más delicada en Lombok, en parte generada por la introducción, a última hora, de la carcasa trasera de Michelin, que descompensó por completo a la RC213V, el prototipo más rápido en los test celebrados en este mismo escenario hace un mes.
El viernes, el corredor de Cervera (Lleida) se quedó fuera del top ten que daba provisionalmente el acceso directo a la segunda criba de la cronometrada. Y el sábado, en la Q1, se fue al suelo hasta dos veces en seis minutos, en dos caídas prácticamente calcadas, en las que el tren delantero de su prototipo se le cerró.
Dos accidentes de los que salió más o menos ileso, con algún moratón en el brazo izquierdo y poca cosa más. Nada que ver con el brutal impacto que sufrió el domingo, en el último ensayo previo a la carrera.
Faltaban menos de dos minutos cuando, a su paso por la curva 7, un tramo en el que se llega a unos 200 kilómetros por hora, la goma trasera de la Honda perdió adherencia y la volvió a recuperar. La moto actuó de catapulta y le proyectó al aire, a unos dos metros de altura, antes de que el corredor cayera a plomo contra el suelo, golpeándose violentamente en la cabeza.
Tras levantarse, tambaleándose, los servicios médicos decidieron evacuarlo en helicóptero a un hospital local, donde se le diagnosticó un traumatismo craneoencefálico, y donde los doctores convinieron que lo mejor era que no saliera a correr.
"¿Qué puedo decir? Pues que este no ha sido nuestro fin de semana. Hemos luchado y tenido problemas desde el principio", resumió Marc Márquez, ya por la tarde. "La caída fue una de las más duras que he tenido. Fui al hospital local y, aunque no se detectaron problemas graves, se decidió que no debía correr. Por supuesto que fue una pena, pero era la mejor decisión", añadió el #93, quien, desde que se rompió el brazo derecho en Jerez, en 2020, encadena una desgracia tras otra.
Primero las tres operaciones para soldar el húmero, que le mantuvieron nueve meses en fuera de juego. Y después, en octubre pasado, la diplopía (visión doble) que le provocó un accidente sufrido mientras practicaba motocross. A la espera de las pruebas que seguramente se le harán al llegar a España, todo parece apuntar que este último en Indonesia quedará solo en un susto.
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