El truco de Red Bull para ayudar a sus mecánicos contra McLaren

Red Bull consiguió en Australia un valioso segundo puesto con el irreductible Max Verstappen, siempre dispuesto a aprovechar cualquier oportunidad que se le presente, incluso con un RB21 que no parece capaz de seguir el ritmo de los McLaren.

El monoplaza de Milton Keynes sigue buscando una puesta a punto básica: los ingenieros dirigidos por Pierre Waché, tras una serie de pruebas comparativas en Bahréin, han decidido apostar por el morro más corto, anclado al segundo elemento del alerón delantero.

Los ingenieros del campeón del mundo han comprobado que la nueva solución es sin duda un paso adelante, pero de momento sólo han podido satisfacer al piloto holandés y no a Liam Lawson por la sencilla razón de que el suministro de piezas de recambio aún no ha podido cubrir las necesidades de dos coches.

Max Verstappen, Red Bull Racing

Photo by: Red Bull Content Pool

No es seguro que lleguen a tiempo para el GP de China, pero sí es seguro que la mejora se concederá también al neozelandés de Suzuka, señal de que incluso los equipos punteros han llegado al inicio del mundial con el aliento en la garganta.

En las primeras imágenes desde el paddock de Shanghái, llama la atención un detalle del Red Bull: la barra de torsión de la suspensión trasera está montada horizontalmente, de modo que puede sustituirse rápidamente en la pista abriendo la trampilla específica de la carrocería, diseñada precisamente para facilitar el trabajo de los mecánicos en boxes.

Se trata de una curiosidad que da fe de la minuciosidad con la que se diseñan ciertas soluciones en la F1 para optimizar los tiempos de una sesión de entrenamientos, permitiendo al piloto una mayor presencia en la pista.