McLaren y la gran anomalía detrás del fracaso para dominar en Singapur

Tras dos GPs desfavorables, Singapur parecía el terreno ideal para McLaren, que había dominado en 2024 precisamente en Marina Bay, por unas características que, sobre el papel, deberían haberse repetido este año. Sin embargo, con el neumático blando el MCL39 no brilló donde debía, quedándose muy por detrás de sus rivales: ¿por qué?

Lando Norris, McLaren

Después de dos Grandes Premios sufriendo en circuitos poco propicios para las características del MCL39, Singapur se presentaba como la oportunidad ideal para que McLaren volviera a estar delante y repeliera con decisión la amenaza de Max Verstappen. En comparación con las etapas de Monza y Bakú, de hecho, Marina Bay debería haber puesto de relieve las mejores cualidades del coche de Woking.

Cualidades que, la temporada pasada, le habían permitido dominar en Singapur hasta el punto de imponerse con un margen de más de veinte segundos sobre sus rivales, y que, a la luz de la tendencia del campeonato, deberían haberle garantizado la posibilidad de luchar por la victoria también este año.

Temperaturas generalmente elevadas, neumáticos blandos que requieren un manejo cuidadoso debido a la fuerte degradación térmica y curvas que exigen un tren delantero preciso para hacer girar el coche: todos ellos elementos que parecían ajustarse a las características del monoplaza de Woking. No en vano, el propio Andrea Stella, director del equipo McLaren, había señalado Marina Bay como una oportunidad para redimirse y volver al éxito.

Oscar Piastri, McLaren

Oscar Piastri, McLaren

Foto de: Zak Mauger / LAT Images vía Getty Images

Sin embargo, este año no llegaron los mismos resultados, y aunque en carrera el MCL39 confirmó su habitual superioridad en la gestión de los neumáticos, cualidades que en otra pista probablemente le habrían permitido recuperar terreno a sus rivales, la falta de éxito deja un regusto amargo en la noche que le coronó, con todo merecimiento, campeón del mundo de constructores. Pero entonces, ¿qué faltaba?

Para entender la verdadera anomalía detrás de la falta de dominio en Singapur, hay que remontarse al viernes, a las palabras de Lando Norris tras la FP2: el piloto inglés había reconocido que no tenía el feeling adecuado con el coche, especialmente con los neumáticos más blandos, y que había perdido esas sensaciones que le habían permitido dominar tanto en calificación como en carrera. Una confianza perdida sobre todo por el escaso feeling con el tren delantero.

"Lando habló de las dificultades para sentir el tren delantero. El año pasado, nuestros pilotos se sentían mucho más cómodos en Singapur, mientras que este año, ya desde la FP1, han informado de un comportamiento anormal de los neumáticos delanteros. Este fenómeno se manifestó menos con el duro y el medio, pero fue definitivamente perceptible con los blandos."

Lando Norris, McLaren

Lando Norris, McLaren

Foto de: Steven Tee / LAT Images vía Getty Images

Este es un punto clave para entender lo que realmente le faltó al MCL39 durante el fin de semana: no tanto en ritmo de carrera, sino más bien en la clasificación y en el manejo general del Gran Premio. Analizando el trazado de Marina Bay, es cierto que la pista está dominada por secciones de frenada y tracción condicionadas por los numerosos baches típicos de un coche urbano, pero muchas de las curvas no son tan secas como las de Bakú.

Por el contrario, la sucesión de curvas cerradas y los virajes no siempre a 90° hacen que la precisión del tren delantero sea un factor decisivo: no sólo porque a menudo se frena en combinación, es decir, ya en fase de trompo, sino también para preparar mejor la salida y la tracción posterior. Es cierto que en curvas más cortas el McLaren tiende a ganar menos, porque puede explotar menos esta cualidad, pero la precisión del tren delantero sigue siendo un elemento que, en otros circuitos donde los equipos se ven obligados a hacer concesiones, ha sido uno de los puntos fuertes del MCL39.

Sin embargo, en Singapur, especialmente con el compuesto blando, se perdió esta ventaja. Un análisis de los datos de la calificación muestra cómo Piastri y Norris perdieron tiempo en las mismas secciones del intervalo medio, , es decir, precisamente donde es necesario no sólo llevar velocidad al centro de la curva, sino también ser capaz de cerrarla y prepararse para la siguiente fase de tracción, donde Mercedes sentó las bases para la pole.

Lando Norris, McLaren

Lando Norris, McLaren

Foto de: Steven Tee / LAT Images vía Getty Images

En cuanto a la velocidad mínima por vuelta, los dos pilotos papaya trataron de marcar la diferencia. Un hecho que confirma las palabras de Andrea Stella, según las cuales a mitad de curva el MCL39 aún era capaz de ganar a sus rivales, pero no por el margen habitual. El límite surgió en la última fase del giro, fundamental en la preparación de la salida: allí Norris y Piastri fueron incapaces de forzar y cerrar la curva, penalizados por la falta de feeling con el tren delantero.

El problema de fondo era que, con el compuesto más blando, los pilotos de McLaren eran incapaces de explotar el agarre extra: lo que sobre el papel debía ser un punto fuerte se convertía en una limitación, sobre todo porque era como si al neumático le costara mantenerse en rango. La estrecha ventana de uso y el mayor movimiento del neumático blando en las curvas, que genera calor, pusieron en crisis al MCL39, mientras que con el medio y el duro, más estables, el monoplaza recuperó equilibrio y eficacia, sobre todo en carrera. El propio Norris confirmó que se sentía mucho más cómodo con los compuestos duros que con los blandos.

"Los medios me ofrecían más agarre en la parte delantera, y eso se adapta mejor a mi estilo. Puedo conseguir más tiempo por vuelta con ellos. Me recuerdan más al coche del año pasado y a las sensaciones que busco. Luego cuando ponemos los neumáticos blandos y vuelvo a luchar, persisten esas sensaciones de un coche que no rinde como debería. Los problemas que he tenido este año, relacionados con el tren delantero, volvieron a aparecer este fin de semana".

Singapur, por tanto, mostró la otra cara de la moneda de un McLaren que, a pesar de haber alcanzado la madurez técnica para ganar el título de constructores con mucha antelación, en algunas situaciones concretas, incluso en circuitos amigos, se encuentra con dificultades para hacer que el MCL39 funcione al máximo, sobre todo teniendo en cuenta cuándo se diluye el margen sobre sus rivales. Un recordatorio de que, incluso en una temporada de dominio, ciertos detalles pueden marcar la diferencia.

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