El espejo de cenicienta de Rosberg
Nuestro especialista en Fórmula 1, Albert Fábrega, nos habla en su nueva columna de Rosberg y de las cosas que está haciendo mal si lo que quiere es ser campeón del mundo
Foto de: Mercedes AMG
En el encuentro con la prensa posterior al Gran Premio de Austria, un periodista le preguntaba a Hamilton si la situación que estaban viviendo en Mercedes le recordaba a las disputas entre Senna y Prost, y si era así, con cuál de ellos se sentía identificado. Hamilton despachó la pregunta diciendo que su ídolo era Ayrton Senna.
No voy yo a ser quien ponga en tela de juicio el talento natural del piloto británico, pero vaya por delante que creo que Senna no tendrá igual. Por el contexto, por la época y por la aureola que desprendía Senna, será la máxima expresión de la velocidad. Era único, y si me permiten la licencia, incomparable.
"Rosberg quiso tener el martillo de Hamilton, la astucia de Prost y la aureola de Senna. Se equivocó y perdió"
Pero la pregunta y su respuesta disuasoria (aunque sin pisar las bananas) dejaba a dos otros protagonistas: Prost y Rosberg. Si la primera comparativa era alejada, esta es un homenaje a la sinrazón. Ayer, Rosberg quiso tener el martillo de Hamilton, la astucia de Prost y la aureola de Senna. Se equivocó y perdió. Ni las excusas “forzadas” por Mercedes respecto a los problemas en el Brake by Wire tuvieron seguidismo por parte del piloto alemán.
Quiso dejar claro que la maniobra la hizo con el pleno control del monoplaza. Rosberg quiso demostrar que él también es capaz de ser agresivo y que intentar adelantarle puede costar caro. Segunda equivocación. Rosberg quiere dejar de ser aquel piloto pupas que cede ante la presión y en el uno contra uno, especialmente con Hamilton. Y a diferencia de otras ocasiones, en las que el sentido común y la aceptación de la culpa, habían jugado a su favor, ayer echó las culpas a Hamilton. Pues no, ayer no tocaba. En Canadá o Austin ¡SÍ!
"Debe entender que para ser Campeón del Mundo no hace falta vencer cada fin de semana a Hamilton en el cuerpo a cuerpo"
Rosberg debe entender que para ser Campeón del Mundo no hace falta vencer cada fin de semana a Hamilton en el cuerpo a cuerpo. Las carreras se ganan por la suma de muchos factores, y en algunos, es mejor que Hamilton. Y debe sacar provecho de ellos, para poder vencerlo. Debe esconder el martillo y sacar el reloj. Caminar en lugar de volar. Vestir en lugar de lucir, repetir en lugar de innovar y pilotar en lugar de maravillar.
Ayer Rosberg se hizo débil. Miró a sus retrovisores en busca de una solución y encontró el problema, su problema. Rosberg tiene esta temporada una oportunidad de oro para poder conseguir el Mundial de Fórmula 1. A Hamilton la sombra de las penalizaciones por motores y la mala adaptación a las presiones, le tienen atado corto. Pero para poder ser mejor, el mejor, debe sacar de una vez por todas la tela con la que ha cubierto el espejo en el que debería mirarse cada día. El espejo en el que identificará a un Campeón del Mundo. Ese día, ganará.
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