Por qué Austin es una prueba real para el RB21 y el nuevo método de trabajo
Austin representa una especie de prueba de madurez para Red Bull: la pista, entre las más completas y traicioneras, impone compromisos entre curvas lentas y rápidas y largas rectas, poniendo a prueba la ventana operativa del RB21, pero no sólo. El equipo cree haber progresado con el nuevo método de trabajo.

Para muchos pilotos, Austin representa uno de los retos más fascinantes y a la vez complejos de la temporada, una pista que combina referencias a otros circuitos icónicos con una variedad de curvas capaces de poner a prueba todos los aspectos del coche, imponiendo la búsqueda del equilibrio perfecto.
Un fin de semana aún más insidioso por el formato sprint, que premia por un lado a los equipos capaces de presentarse ya con la puesta a punto ideal gracias al trabajo en fábrica, y por otro a los equipos más hábiles para interpretar los datos de la carrera corta y aprovechar la ventana de reapertura del parc fermé.
Algunos equipos, como Ferrari, suelen llegar al viernes ya con una puesta a punto competitiva, fruto del meticuloso trabajo realizado en la fábrica. Otros, como Red Bull, en cambio, necesitan más tiempo en pista para corregir los errores de puesta a punto que a menudo se manifiestan en las primeras sesiones de entrenamientos libres. O al menos, ese era el caso al inicio de la temporada.

Max Verstappen, Red Bull Racing
Foto de: Zak Mauger / LAT Images vía Getty Images
En la estela de 2024, incluso en la primera parte del campeonato de 2025, Red Bull convirtió a menudo los viernes en un laboratorio al aire libre, útil para corregir las tareas realizadas en la fábrica. En las últimas carreras, sin embargo, el panorama ha cambiado: los primeros días del fin de semana se han vuelto más sólidos y el equipo ha construido a partir de ahí sus recientes actuaciones positivas.
Aunque Red Bull sigue encontrando márgenes entre el viernes y el sábado, señal de que no todos los problemas se han resuelto en pocas semanas y de que el trabajo nocturno sigue siendo crucial, tras el parón veraniego el equipo parecía más sereno al final de las primeras sesiones de entrenamientos libres. No en vano, Helmut Marko habló varias veces de los "mejores viernes de la temporada".
Un sentimiento que también compartió Max Verstappen, quien, sin embargo, se expresó en tonos más comedidos: el tetracampeón del mundo rara vez se deja llevar por un entusiasmo prematuro. Sin embargo, sí ha destacado cómo, desde hace algunas carreras, se respira un aire diferente en el equipo, fruto de un método de trabajo renovado y de la llegada de Laurent Mekies como Team Principal.
Las últimas actualizaciones han estado a la altura de las expectativas, aportando beneficios en dos frentes: por un lado, un paso adelante en términos de rendimiento y, por otro, una mayor solidez en la correlación entre los instrumentos de Red Bull y la pista. Mekies no es el creador de una revolución, pero según Verstappen ha contribuido a un cambio de filosofía y de enfoque del trabajo, especialmente en la pista, que ha permitido liberar un potencial ya presente a principios de año pero difícil de expresar.

Laurent Mekies, director del equipo Red Bull Racing
Foto de: Sam Bloxham / LAT Images vía Getty Images
Los beneficios pueden verse no sólo en la capacidad de empezar el viernes con una puesta a punto de base más sólida, lo que les permite trabajar en los detalles en lugar de tener que revolucionar el coche después de la primera sesión de entrenamientos libres, sino también en la capacidad de ampliar la ventana de uso del RB21, por estrecha que siga siendo. Como señaló Marko, la cartilla introducida en Monza ayudó, pero el progreso más significativo se produjo en el aspecto operativo.
Por eso, el GP de Estados Unidos en Austin se presenta como un auténtico test de estrés: un banco de pruebas para el RB21 y para el nuevo método de trabajo de Red Bull. En un fin de semana con una sola sesión de entrenamientos libres, de hecho, se premia a los equipos capaces de llegar ya con una puesta a punto sólida, y es precisamente en este frente en el que la escudería de Milton Keynes cree haber progresado.
Es cierto que Verstappen ganó el sprint en Bélgica, pero el resultado también estuvo ligado a circunstancias particulares: Spa es, de hecho, un circuito ideal para mejorar la eficiencia del RB21 en las rectas, enmascarando parcialmente la diferencia de ritmo. Una diferencia que surgió más claramente el domingo, cuando el holandés no consiguió ponerse en cabeza en la primera vuelta.
Sin embargo, Austin también representa un reto a nivel técnico: es uno de los circuitos más completos de la temporada, con una variedad de curvas que obliga a los equipos a perseguir un concepto clave, el compromiso. Curvas lentas, tramos rápidos, largas rectas y la gestión milimétrica de las alturas debido a las paradas en boxes hacen que el trabajo de puesta a punto no sea nada fácil. Además, las altas temperaturas dificultan aún más la gestión de los neumáticos.

Max Verstappen, Red Bull Racing
Foto de: Zak Mauger / LAT Images vía Getty Images
Tras la icónica subida hacia la curva 1, uno de los principales puntos de adelantamiento del trazado, se abre una secuencia de curvas y cambios de dirección muy rápidos, que exigen un monoplaza estable en carga exprés y que sepa optimizar su trayectoria. Los datos de esta temporada, así como los de la pasada, indican que este sector podría potenciar las cualidades del RB21, que ya han salido a relucir en contextos similares como Miami.
Hacia el final del primer sector, la velocidad desciende hasta unos 150 km/h, una franja en la que el McLaren tiende a mostrarse mejor y superior. Lo mismo puede decirse de las curvas lentas entre el segundo y el tercer sector, en las que el tren delantero de los coches papaya puede marcar la diferencia, pero en las que Red Bull cree haber hecho progresos decisivos. Pero aquí es donde reside la prueba del RB21: encontrar el compromiso adecuado.
Monza, Bakú y Singapur ofrecen circuitos menos variados y más homogéneos en el tipo de curvas. En Bakú y Marina Bay, por ejemplo, la presencia de numerosas secciones lentas facilita encontrar la puesta a punto adecuada. En otros circuitos, sin embargo, que también son más favorables para el MCL39, el mayor margen de intervención en la puesta a punto ha permitido a McLaren sacar ventaja.
La misión de Verstappen es reducir la distancia con Norris y Piastri, consciente de que las posibilidades son cada vez menores y de que otro paso en falso haría casi imposible la remontada. Austin se convierte así en una prueba crucial para Red Bull, en la que no debe fallar para mantener encendida la pequeña esperanza que le queda.
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