'Ferrari dio el primer paso', por Adrián Puente
La temporada 2020 de la F1 es la última oportunidad de Ferrari de lograr el título bajo la actual reglamentación. Ha sido el primer equipo de punta en presentar su nuevo monoplaza y de que logren seguir esa tónica luego en pista dependerán sus opciones de ser campeones.
El que suma más puntos gana. Fácil, simple, matemática pura. Esa lógica inicial, poco ha cambiado desde 1950. Apenas fueron modificadas las unidades otorgadas por carrera. Pero la tendencia de los últimos años da cuenta de la importancia de las primeras carreras. No sólo se trata de sumar más, sino además, de cómo, cuándo y cuánto.
La temporada pasada es la más viva representación de una dinámica que a Mercedes le ha permitido consolidar el campeonato rápidamente. En las primeras cinco carreras, hasta la llegada de la temporada europea, el equipo alemán obtuvo el 98% de los puntos disponibles. Ferrari sólo el 55%.
Ese arranque fue suficiente para administrar el resto del año. Recién en Austria otra escudería pateó el tablero, y más tarde los italianos saltaron a la gloria en Spa, Monza y Singapur, pero las cartas ya estaban echadas. Ferrari ni siquiera pudo mantenerse segundo en el campeonato de pilotos, porque en el medio se filtró Verstappen.
Esta lógica potencia la trascendencia de llegar con un auto competitivo desde la primera fecha, y explica cómo funcionan algunos mecanismos en época de presentaciones como esta. Encriptar información, presentar lo necesario, no mostrar las cartas al rival, independientemente de una cuestión de costos que dejó en el pasado las ceremonias fastuosas de otros tiempos.
Hasta ahora, sólo tuvimos acceso a módicas cuestiones estéticas, más relacionadas con el paquete comercial que deportivo, y mucho menos con aspectos técnicos. Es cierto que el plato fuerte llegará en 2021, y que este es un año de transición, pero nada invalida las pretensiones de resurrección de Ferrari.
Fue el primero en presentar sus herramientas para esta temporada. En Maranello más que en ningún otro lado, conocen la lógica de pisar fuerte desde Melbourne. Desde el comienzo de la era híbrida, Ferrari arrastra un déficit en la primera porción del campeonato. Lo más parecido a una excepción fue 2017. En las primeras cinco de aquél año, Mercedes conquistó el 74% de los puntos, Ferrari el 71%, y sobre el final, Vettel peleó por descontarle menos de 50 unidades a Hamilton hasta el Gran Premio de Mexico.
Todo lo demás resultó complejo pese a presencias estelares como Alonso, Massa, Vettel, Raikkonen y Leclerc. En algunos casos con una realidad muy por debajo de las expectativas. En 2014, un 30%; en 2015, un 61%; en 2016, un 50%. Mientras que Mercedes en más de un caso estuvo por encima del 90% en esas primeras cinco carreras de referencia.
Ferrari como ninguno, corrió el telón del Teatro Valli de Reggio Emilia a la vieja usanza. Con orgullo, y la sana arrogancia de su rica historia. Movió los cimientos antes que nadie. Fue una muestra de intenciones. Una declaración de principios, que será apenas considerada cuando los italianos lleven a la práctica la reacción que los tifosi están esperando desde el comienzo del campeonato.
GALERÍA: el nuevo Ferrari SF1000 2020
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