¿Quién durmió peor anoche? Lewis Hamilton

Un fin de semana amargo en Hungría para Lewis Hamilton: dudas sobre sí mismo, críticas, y un compañero dominante. ¿Pero qué significa esto para su futuro con Ferrari?

Lewis Hamilton, Ferrari

El Gran Premio de Hungría había terminado hacía apenas una hora cuando Toto Wolff invitó a la prensa a una rueda informal en la zona de hospitalidad de Mercedes en el Hungaroring.

Normalmente, ese ámbito se utiliza para hablar del desempeño de George Russell y Andrea Kimi Antonelli en la carrera, o de qué actualizaciones tiene planeadas Mercedes en su búsqueda constante por volver a la senda ganadora.

Pero ese domingo por la tarde bastaron cuatro preguntas para que el primer periodista se animara a plantear el tema de Lewis Hamilton. El otrora niño mimado de Wolff había dado una entrevista pesimista tras la clasificación del sábado, llamándose a sí mismo "inútil" y sugiriendo que Ferrari tal vez estaría mejor si lo reemplazaba por otro piloto.

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"Sé que ya no es un problema para usted", comenzó el periodista de Reuters Alan Baldwin, entrando con cautela al asunto. "Pero cuando escucha a Lewis decir que es inútil y que Ferrari debería buscar a otro piloto, ¿cree que es simplemente Lewis siendo Lewis, o es una señal de declive, de que quizá hay algo más detrás?"

"No", respondió Wolff. "Eso es Lewis con el corazón en la mano. […] Dudaba de sí mismo, y eso ya nos ha pasado antes. Cuando siente que no ha estado a la altura de sus propias expectativas, y el equipo tampoco logró su objetivo, él siempre ha sido emocionalmente transparente, desde que era un joven piloto, un joven adulto".

Lewis Hamilton y Toto Wolff, en tiempos del piloto británico en Mercedes.

Lewis Hamilton y Toto Wolff, en tiempos del piloto británico en Mercedes.

Photo by: Steve Etherington / Motorsport Images

No es nuevo que Hamilton exprese su frustración cuando las cosas no le salen bien en pista. En muchas ocasiones, tras una clasificación decepcionante, ha aparecido en la zona de entrevistas como si quisiera tirar la toalla, para luego resurgir al día siguiente como un ave fénix, actuando como si la vida no pudiera ser mejor.

Pero lo de este sábado en Hungría se sintió diferente. Y no surgió de la nada: venía gestándose desde hace tiempo. Al principio de la temporada, Hamilton aún podía decirse que la diferencia con Charles Leclerc se debía a que necesitaba más tiempo para adaptarse a Ferrari, que la comunicación con su ingeniero de carrera todavía no era fluida, y que Leclerc tampoco venía mostrando un nivel espectacular.

Y sin embargo. "Cuando sos siete veces campeón del mundo, tu compañero hace la pole y vos quedás afuera en la Q2, es una situación difícil", reconoció el jefe de Ferrari, Frédéric Vasseur. Y añadió: "Honestamente, está frustrado, pero no desmotivado. Es una historia completamente distinta".

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Nadie lo acusa de haber perdido el compromiso con el proyecto Ferrari. De hecho, él mismo reveló que durante las tres semanas previas a Spa, envió dos documentos detallados a su equipo: esencialmente, el plan maestro de Hamilton para arreglar Ferrari.

Parecía que todo estaba dado para un giro positivo. Después de todo, Hamilton consiguió su primera victoria con Mercedes precisamente en el Hungaroring en 2013, tras un comienzo de año complicado. Todos saben lo que vino después. Y desde el otro lado del garaje, Leclerc había dicho el jueves: "Es, por lejos, el peor circuito del año para mí".

Lewis Hamilton, Mercedes AMG

Lewis Hamilton, Mercedes AMG

Photo by: Charles Coates / Motorsport Images

Pero el domingo por la noche, Hamilton no se fue de Hungría con el impulso que buscaba. Al contrario: se llevó aún más peso emocional al receso de verano. Eliminado en Q2. Duodécimo en la carrera. Una vuelta abajo. Eso duele, incluso si hay que remarcar que en Q2 fue solo unas dos décimas y media más lento que Leclerc, cuyo fin de semana luego tomó un rumbo completamente distinto.

En el paddock, todos se preguntan si hay algo más detrás de los recientes comentarios sombríos de Hamilton. ¿Está empezando a aceptar que tal vez ya pasó su mejor momento? ¿Que quizá ya no le alcanza para vencer a un talento como Leclerc, como solía vencer a otros compañeros?

Hay una cosa innegable: desde el tramo final de la temporada 2021 —cuando Hamilton manejó como una leyenda viviente y demostró que no ganó siete títulos solo por tener el mejor auto— no ha vuelto a ofrecer una actuación realmente mítica. Sí, ha ganado algunas carreras. Pero ninguna de esas que se seguirán recordando dentro de 20 años.

Aun así, no creo que esté por rendirse. Tal vez haya algo de verdad en lo que dijo Toto Wolff: "Así como Mercedes no rindió con este reglamento desde 2022, él nunca logró sentirse cómodo con los coches de efecto suelo; de alguna manera, eso también lo golpea a él".

Lewis Hamilton, Ferrari

Lewis Hamilton, Ferrari

Photo by: Alastair Staley / LAT Images via Getty Images

¿La buena noticia? A fines de 2025, esta fase más extrema de la era de efecto suelo llegará a su fin. Los túneles Venturi que hoy succionan a los autos hacia el asfalto serán fuertemente limitados con el nuevo reglamento de 2026. El porpoising probablemente quedará en el pasado. Y tal vez, solo tal vez, Hamilton recupere su magia.

Porque para Toto Wolff, una cosa está clara: "Él siempre será el GOAT, y nadie se lo va a quitar. Ni un fin de semana, ni una temporada que no salió como esperaba".

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