Por qué a Toto Wolff no le molestan los videos pornográficos falsos con su imagen

Toto Wolff se ha convertido en una figura de culto en internet, desde votantes que desearían ver al jefe de Mercedes como su primer ministro hasta protagonizar falsos videos pornográficos: así lidia con ser una celebridad moderna.

Toto Wolff, Mercedes

Toto Wolff ya no es solo uno de los jefes de equipo más exitosos en la historia de la Fórmula 1. En una era en la que las carreras de Grandes Premios están en auge, y con la película liderada por Brad Pitt "F1 – The Movie" llegando a los cines de todo el mundo este año, el austríaco de 53 años también se ha convertido en un ícono global de las redes sociales.

Ya en 2019, apareció en internet una foto tomada durante las protestas nacionales en Líbano contra la corrupción gubernamental y el primer ministro Saad Hariri. En ella, un hombre sostenía un cartel que decía: "Quiero que Toto Wolff sea nuestro primer ministro. ¡Tiene las mejores estrategias!".

Seis años después, Instagram, TikTok y varias otras plataformas han evolucionado, con contenidos virales que, podría decirse, tienden a ser más vulgares. Si uno busca lo suficiente, puede encontrarse con fotos auténticas de Wolff en la playa, sin camiseta, entre otras publicaciones que incluyen creaciones manipuladas por inteligencia artificial con poca semejanza con la realidad —aunque los montajes sean igualmente vistos y compartidos por decenas de miles de usuarios.

Un "exceso" de información

Un fenómeno al que, dice Wolff, presta poca atención. "Mi público objetivo no son los usuarios de redes sociales", comentó durante una cena con periodistas neerlandeses en Zandvoort, donde estuvo Motorsport.com. "Mi público objetivo son más bien los adultos. Pero de vez en cuando miro lo que se inventa por ahí. A veces incluso fotos retocadas con IA. Pero tiendo a encontrarlo divertido".

Wolff se ríe cuando añade: "Con los deepfakes puedes falsificar cualquier cosa. Creo que incluso hay un par de videos pornográficos con mi cara puesta en algún cuerpo". Y al ser repreguntado, añadió que no le molesta, bromeando: "mientras sea un cuerpo atractivo y yo actúe bien en las escenas".

Figuras públicas como Wolff —y organizaciones globales como Mercedes— han tenido que aprender a lidiar con las "fake news" en una era en la que las redes sociales y los medios de comunicación proliferan en incontables canales, muy lejos del control de cualquiera. Y no solo con falsificaciones obvias de IA, sino también en los llamados medios tradicionales.

Los días en que apenas un puñado de periodistas informaba sobre Fórmula 1 en el paddock quedaron atrás. Hoy, alguien como Wolff corre el riesgo de ser malinterpretado en cada entrevista. Incluso si sus palabras son reproducidas fielmente por la Plataforma X, la historia que cuenta la Plataforma Y —citando a la Plataforma X— puede ya desviarse del original.

"Hoy hay tal sobrecarga de información. Y con cada nueva versión, una historia se aleja más de la fuente. Lees algo un día, y al siguiente ya está siendo interpretado de forma diferente. Todo para lograr un titular sensacionalista. Y cuando lees el artículo, suele ser mucho menos espectacular o controvertido de lo que el título sugiere", explica Wolff.

"He aprendido a no tomármelo demasiado personal. En un momento le pedí a Bradley, nuestro jefe de comunicación, que simplemente me mostrara los peores ejemplos al final de cada día. Y si quería halagarme, tal vez también los mejores. Con el tiempo dejó de mostrarme los buenos. O bien ya no queda ninguno —o cree que no debería creerme demasiado", se ríe.

Toto Wolff, Mercedes, Andrea Stella, McLaren

Toto Wolff, Mercedes, Andrea Stella, McLaren

Photo by: Sam Bloxham / Motorsport Images

"Prefiero […] que hagan deepfake porno mío a que a nadie le importe en absoluto"

Y por mucho que a las estrellas de la Fórmula 1 les moleste la distorsión online, la explosión de historias y publicaciones tiene una respuesta clara: "Es bueno para la Fórmula 1".

"Es la prueba de lo fuerte que es nuestro deporte y hasta dónde ha llegado a nuevas audiencias. El ruido en redes sociales ha tomado por asalto a la Fórmula 1", añade. En cuanto a él mismo, Wolff admite que a veces se asoma a ese tipo de contenidos, "de vez en cuando, solo para reírme. Pero no forma parte de mi rutina diaria".

Lo positivo, dice, es que "nuestra audiencia se está volviendo más joven y cada vez más femenina. Prefiero que alguien publique un deepfake porn mío a que a nadie le importe en absoluto. Porque hubo un tiempo en que a nadie le importábamos —y lo recuerdo muy bien".

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