El australiano, lógicamente, fue el integrante de la parrilla más frustrado por no haberse podido dar un baño de multitudes ante una hinchada completamente entregada al carismático corredor de Townsville. Jack Miller, que si algo le caracteriza es su valentía y arrojo encima de la moto, fue uno de los pocos que se mostró claramente en contra de la cancelación de la sprint. Sobre todo por ni siquiera haber intentado salir a pista.

"No estoy de acuerdo con la decisión; deberíamos haberlo intentado, al menos dar un par de vueltas", comentó Miller, mientras firmaba autógrafos, a los micrófonos de Dazn. "Es verdad que hace viento, pero las condiciones son así. Si hace viento en la autopista tienes que seguir conduciendo", añadía el piloto de KTM, que se pasó un buen rato haciéndose fotos, para tratar de premiar de alguna manera el esfuerzo de los aficionados que se atrevieron a desplazarse hasta el trazado, a pesar del mal tiempo que ya se preveía.

"Sentarse a ver las motos en estas condiciones no es nada fácil. Estoy decepcionado, pero esperemos poder correr el año que viene", remachó el #43, uno de los corredores que más a la suya va, como quedó claro en India.

Allí, en el circuito de Buddh, las reservas que los pilotos tenían en según qué puntos del trazado, en los que las escapatorias no eran lo suficientemente amplias, todavía aumentaron un poco más el sábado, con la aparición de la lluvia. Mientras la mayoría optaba por un plante, Miller fue uno de los pocos, junto a Brad Binder, su compañero en KTM, que se mantuvo al margen del gran grueso, y se mostró decidido a salir a rodar, en una reacción que no terminó de gustar a muchos de sus colegas en pista.