Raúl Fernández ya es un ganador en el Mundial de MotoGP. El piloto español se ha convertido este domingo, en el circuito de Phillip Island, en vencedor en la categoría reina al dominar con claridad la carrera larga del Gran Premio de Australia.

El piloto español venía de subir al podio en las dos últimas pruebas al sprint, en Indonesia (tercero) y ayer en la pista oceánica (segundo), pero no las tenía todas consigo respecto a poder vencer la cita principal del fin de semana. Sin embargo, el de San Martín de la Vega batió a Pedro Acosta en los primeros compases, y aprovechó la doble Long Lap Penalty a Marco Bezzecchi para tomar el liderato y construir una ventaja que nadie pudo reducir, logrando casi tres segundos de margen que bajaron a 1.4 una vez que se relajó en el giro final.

Fernández cosechó así su primer triunfo con las motos pesadas ante la emoción de su padre o de su hermano Adrián, y le dio también al equipo Trackhouse su primer éxito en MotoGP, en apenas su segundo año de vida.

"No me lo puedo creer", empezó diciendo tras la carrera en la realización internacional. "Después de mucho tiempo, hemos podido encontrar algo. Todo el equipo siempre ha creído en mí, nunca han dejado de apoyarme, y esta es la consecuencia del arduo trabajo. Hemos tratado de gestionar hasta el final, era importante hacerlo con el neumático trasero. Es lo que he hecho. Las últimas 5 vueltas se me han hecho eternas".

Tras ello, se explayó en DAZN sobre sus sensaciones como vencedor, destacando que no esperaba ganar, y acordándose de su entorno más cercano: "No me lo creo. Las últimas vueltas se han hecho muy largas, pero tenía claro el planteamiento de carrera. No pensaba que podríamos ganar. Pensaba que, con un poquito de suerte y gestionando todo, podríamos pelear por el podio. Pero cuando he salido a carrera, me he sentido muy bien. La goma la he calentado bien. Sobre todo, con Pedro Acosta no me he calentado. He intentado, sinceramente, que entrara al juego un poco. Veía que derrapaba mucho, y sabía que si me ponía delante y empezaba a hacer 1:37 alto, él iría un poco con el gancho. Eso me ha ayudado a romper la carrera".

"Gracias a mi equipo, gracias a mi familia. Han sido muchos años de trabajo dentro del equipo, muchos momentos malos. Muchos buenos también, aunque no se hubieran conseguido los resultados que queríamos. Pero nada, simplemente hoy tengo palabras de agradecimiento. Siempre he dicho en algún momento de la temporada que lo pasaba muy mal. A nivel personal, con mi familia somos uno. Y gracias a ellos, pude levantar este momento tan difícil. Mi hermano es la persona más importante que tengo y que me apoya. Gracias a él, estoy hoy aquí. Antes de la carrera, ha venido y me ha dicho que sería mi día, y que lo disfrutara. Y ha sido", prosiguió.

Posteriormente, relató cómo vivió esas eternas últimas vueltas: "Creo que ganar en Phillip Island es el sueño de todo piloto. Queda muy grande, aún tengo que asimilar que soy un ganador de gran premio. Han sido muchos años fuera de ser tan competitivo. Primero, no miraba las vueltas [que quedaban]. Y segundo, intentaba clavar siempre mis sectores, siendo lo más regular posible. Es verdad que las últimas tres o cuatro vueltas, viendo la diferencia, he decidido gestionar, coger aire, estar tranquilo y no cometer errores".

Raúl Fernández, Trackhouse Racing

Foto de: Martin Keep / AFP via Getty Images

"Ha habido una vuelta en la que me he asustado hasta yo, porque aquí se sufre mucho con el brazo izquierdo, y yo he sufrido un poco". De hecho, llamó la atención un gesto que hizo con la mano izquierda, soltando el manillar. Fernández explicó qué pasó: "Me he quitado el tear-off [de la visera del casco] y no podía enganchar el manillar. He tenido que frenar con una mano y enganchar. No perdí mucho con Alex Márquez. Me preocupaba un poco más Fabio Di Giannantonio, porque he visto en la televisión que venía. Pero bueno, con una distancia de tres segundos y si no cae muchísimo tu goma, es un poco difícil que te cojan".

"Con el viento, no podía coger el manillar. Cuando me he quitado el tear-off, he intentado hacerlo y meter la mano, pero cada día los carenados son más pequeños y tapan muy poco. Y cuando he ido a coger el manillar, me ha costado. Los nervios estaban a flor de piel, pero me ha ayudado para tranquilizarme", comentó el #25.

"No las tenía todas conmigo. Pensaba en intentar sobrevivir, porque ayer en la sprint me comí toda la goma. Hoy, he empezado a imaginar que podía ganar en el momento en el que he pasado a Pedro, y antes de que Bezzecchi hiciera la Long Lap, le he empezado a recuperar. Ahí he pensado en tener calma y no venirme arriba. Y he sobrevivido".

Por último, Raúl detalló los malos momentos que ha pasado en esta temporada 2025, admitiendo que hubo un momento en el que no era feliz: "Hubo un momento en el que ya no iba de seguir en MotoGP, sino de ser feliz, y no lo estaba pasando bien. Ahí entra la parte humana de la gente del equipo, o de mi familia. Con mi jefe de mecánicos y mi entrenador, después de la carrera de Jerez, que fue un punto difícil para mí, nos fuimos a cenar una pizza antes del test y dijimos que si le dábamos la vuelta, bien, pero si no, teníamos que buscar una solución. Porque yo no era feliz".

"No salían las cosas, y ni siquiera podía levantarme por las mañanas con una sonrisa. A partir de ahí, ellos me ayudaron y me transmitieron calma. También Davide Brivio [team manager de Trackhouse] y mi familia. Decidimos empezar a hacer una base, poco a poco, pero sinceramente, sin pensar en que este momento podía llegar este año", concluyó.