El fin de semana del Gran Premio de Bahréin, que abrió la temporada de F1, se vio ensombrecido por la situación de Horner, investigado por la empresa de bebidas energéticas de Red Bull a raíz de las acusaciones vertidas contra él por una empleada.

Tras una investigación de ocho semanas realizada por un abogado independiente, las denuncias fueron desestimadas y Horner quedó libre de culpa.

Pero el asunto no ha quedado ahí. El jueves en Bahréin, una fuente anónima envió un dossier con supuestas pruebas a altos cargos de la FIA y de la F1, incluidos los directores de los equipos y medios de comunicación.

Luego, apenas unas horas después de que Red Bull lograra un 1-2 en la carrera, Jos Verstappen lanzó una ataque contra Horner afirmando que la escudería campeona del mundo corre el riesgo de "ser destrozada" si Horner se queda.

La forma en que la polémica de Horner ha desviado la atención del inicio de la nueva temporada ha alarmado a las altas figuras del deporte, y el presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayem, ha admitido públicamente que es "perjudicial" para la F1.

Sin embargo, a pesar de las sugerencias de que la situación de Horner era algo que la FIA debía investigar para garantizar la transparencia y la integridad, Ben Sulayem sugirió que el organismo rector no podía hacer nada a menos que hubiera una queja formal.

Pero Wolff considera que esta postura no es necesariamente correcta, ya que cree que lo que está en juego es tan importante que sería un error que los competidores de Red Bull se vieran obligados a pronunciarse, porque eso devaluaría la importancia de lo que está en juego.

En declaraciones en Bahréin, Wolff dijo: "Creo que en el momento en que empiece a seguir cuestionando cómo se ha manejado esto, probablemente no esté haciendo ningún bien a todo el asunto".

Christian Horner, director de equipo, Red Bull Racing, Toto Wolff, director de equipo y CEO, Mercedes AMG

Foto: Mark Sutton / Motorsport Images

"Entonces podría verse que se trata sólo de una lucha de poder dentro de la F1. Por eso creo que no está en manos de los equipos".

"Es un tema tan grande, que no quiero disminuir toda la situación haciendo ver que el de Mercedes o McLaren habla de los muchachos de Red Bull".

"Vamos a ver dónde va en los próximos días. Me gustaría mucho que el organismo rector, el organismo sancionador y el titular de los derechos comerciales marquen bien el rumbo".

Aunque fuentes de la FIA han indicado que su reticencia a actuar unilateralmente se debe a que considera el asunto totalmente un problema interno de Red Bull, Wolff no lo ve así.

Considera que la forma en que la F1 en su conjunto responde a las acusaciones de comportamiento inapropiado es un indicador de su posición en el resto del mundo.

"Creo que el manejo de la situación es muy importante para la F1", dijo. "No está en manos de los competidores tomar ninguna medida, y debemos mirarnos a nosotros mismos en términos de qué es lo que podemos hacer para optimizar en todos estos temas: igualdad y diversidad. Eso es lo que estamos haciendo".

"Estoy muy orgulloso de que estemos a la vanguardia de eso. Para juzgar sobre otra persona u otro equipo, es el órgano de gobierno el que tiene que hacerlo. Lo tienen en su mano. Y probablemente es ahí donde tenemos que fijarnos".

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