Bagnaia ve "fundamental" resolver sus problemas en 2025 para poder luchar en 2026
En uno de los fines de semana más difíciles de su trayectoria en MotoGP, Pecco Bagnaia y los técnicos de Ducati le dieron la vuelta a la moto en un intento de devolverle al italiano las sensaciones que nunca ha tenido con la GP25.
Pecco Bagnaia parece desesperado o, al menos, eso es lo que proyecta recientemente cada vez que sale a la pista. La última ocasión en la que las cámaras captaron uno de sus braceos fue este domingo durante el warm up, la última sesión de ensayos antes de la carrera. Terminó el último, a más de tres segundos de Marc Márquez, el más rápido en Hungría y en la mayoría de circuitos que ha visitado el Mundial este año. El catalán lleva la misma moto que él, pero nadie lo diría si atendemos a los resultados de uno y el otro. Márquez acumula diez dobletes, los siete últimos, consecutivos, de 14 posibles. Bagnaia solo ha ganado una vez (Austin) y ha sumado siete podios. La diferencia entre ambos en la tabla general es de 227 puntos, solo uno menos de los que figuran en el casillero del turinés (228).
Este domingo, en el Balaton Park, Bagnaia cruzó la meta el noveno después de arranar el 13º, aunque ganó una posición sin hacer nada como consecuencia de los problemas técnicos que llevaron a Fabio Di Giannantonio a arrancar desde el carril de boxes.
En condiciones normales, ese resultado supondría prácticamente un descalabro para el bicampeón del mundo. No obstante, en la fase por la que pasa, cualquier mejora en las sensaciones que le transmite el prototipo que conduce lo interpreta él como un pequeño triunfo. Más aún si, como ocurrió esta vez, los técnicos se dejaron de los ligeros retoques a los grandes cambios.
"Suena extraño, pero estoy contento con la novena posición. El gran cambio que hicimos [el domingo] me ayudó. Me encontré mejor, pude frenar fuerte. Cometí dos errores en frenada, pero cuando cambias tanto la moto, hay reacciones que no te esperas", explicó el piloto de Ducati, que circulaba el séptimo cuando tuvo que cumplir una sanción de ‘long lap’ por cortar una de las variantes.
Sobre el proceso en el que se encuentra, Bagnaia afirma no tener ninguna duda acerca de su potencial. Tampoco se desprende de sus palabras que el problema esté en su cabeza. Él repite hasta la saciedad que la información que le transmite la Desmosedici de este curso no le permite entrar en las curvas y detener la moto como sí lo hacía el modelo precedente.
"Si volviera atrás, con la experiencia actual es evidente que elegiría correr con la GP24. Pero en ese momento [en pretemporada] no pude ver la diferencia. Yo tengo clarísimo que las sensaciones con la GP24 eran mejores que con la GP25; no necesito demostrarlo. No tiene sentido probar la GP24 porque tampoco podría usarla", insistió el #63, que, llegados a este punto, solo se marca un objetivo: salir del agujero en el que está metido antes de que termine la temporada: "Soy una de las personas que más cree en sí mismo. Sé que es un periodo difícil, pero también sé que saldré de esta. La clave pasa por resolverlo este año, porque es fundamental sentar las bases del que viene".
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