Por qué rescatar a Pecco Bagnaia ya no está en manos de Ducati
El funesto fin de semana de Pecco Bagnaia en Misano supone el punto más bajo del italiano, el piloto más fructífero de la historia de Ducati, que trata de convencerle de que esa falta de confianza que le bloquea nace de sí mismo, no de la moto que conduce.
El buen carácter de Pecco Bagnaia provoca que incluso sus rivales en pista empiecen a sentir compasión de él. Ya no solo sus colegas de la VR46 Riders Academy, sino también oponentes como el propio Marc Márquez, su compañero de equipo. La undécima victoria del curso que el español logró en San Marino le deja su séptimo título de MotoGP a tiro de piedra para coronarse en Japón, dentro de dos semanas. De lograrlo, Márquez habrá culminado uno de los regresos más sonados de la historia del deporte, seis años después de la última vez y tras haber pasado por un calvario que se alargó durante cuatro años (2020-2023) y cuatro operaciones.
El #93 está de dulce en el momento más amargo de su vecino de taller, que se fue de vacío por segunda vez esta temporada (le ocurrió en Le Mans), pero en esta ocasión delante de su gente, que no para de preguntarse lo mismo que el resto del paddock, incluida la cúpula de Ducati: ¿Qué le pasa a Bagnaia? "La respuesta a esta cuestión solo la tiene él. Nosotros queremos ayudarle, pero es él quien debe dejarnos hacerlo. No puede ser que sea el último de los pilotos de Ducati. Pecco es muchísimo mejor que eso”, afirma a Motorsport.com una voz autorizada que viste de rojo y sale del box del constructor boloñés. "El problema ya no es que le gane Marc; eso puede pasar perfectamente y se puede asumir, solo faltaría. El problema es que, ahora mismo, los demás son más consistentes que él", añade esta fuente, que, por motivos obvios, prefiere mantenerse anónima.
Motorsport.com entiende que esta es la conclusión a la que ha llegado el fabricante italiano después de darle mil y una vueltas a la Desmosedici, y no encontrar un motivo real que explique esa falta de confianza que denuncia Bagnaia desde que comenzó el Mundial. Sin embargo, Ducati ha optado por protegerle públicamente desde el primer momento, aceptando sus quejas y su incredulidad manifiesta, por más que eso pudiera comprometer la imagen de la escudería.
El turinés ha pasado por distintos estados, pero en Misano tocó fondo. El sábado arrancó el octavo y terminó el 13º, a más de 16 segundos de Marco Bezzecchi, en una sprint de solo 13 vueltas. "Estoy viviendo una pesadilla. Tiene que ser algo importante lo que me hace ir un segundo y medio más lento", dijo entonces, antes de soltar una frase que ya se le había oído antes: "Se me está acabando la paciencia". El domingo, el accidente que sufrió en la octava vuelta y mientras rodaba el octavo aún le hundió un poquito más.
Tanto, que Ducati, de nuevo para darle cobijo, evitó que se pusiera delante de los periodistas y limitó su comentario sobre la carrera a un corte de voz extraído de las dos preguntas que, por obligación contractual con el promotor del certamen, tuvo que hacer en la parte trasera del box. Bagnaia salió del garaje a las siete y cinco de la tarde, después de una larga conversación con Casey Stoner, otro de los que está haciendo lo que puede para echarle una mano. "La paciencia se le ha acabado a Pecco, y también a nosotros y a los aficionados que le siguen", comentó Gigi Dall’Igna, el ingeniero encargado de proyectar esa GP25 con la que Márquez vuela y Bagnaia, agoniza.
Francesco Bagnaia, Ducati Team
Foto de: Gold and Goose Photography / LAT Images / via Getty Images
El actual subcampeón se subió al podio por última vez en Sachsenring, donde finalizó el tercero, antes de las vacaciones de verano. En las cinco siguientes paradas del calendario solo ha sido capaz de acumular 40 puntos. En esa misma ventana de tiempo, Márquez se ha embolsado cuatro veces más puntos que él (168 puntos); Bezzecchi, más del doble (99 puntos); Pedro Acosta, casi lo mismo (89 puntos) y Alex Márquez, 29 puntos más. De no detener esta caída libre, ya no es que Bagnaia pueda perder la tercera plaza de la tabla general que ocupa ahora mismo –Bezzecchi está solo 8 puntos por detrás–, sino que esa misma inercia le llevaría a ser atrapado también por Acosta –es quinto a 49 puntos de él–.
De puertas hacia fuera, tanto Ducati como el #63 se limitan a repetir que todos los esfuerzos se centran en encontrar el origen de esa incomodidad que le impide exprimir ese potencial que tiene, y que le llevó a convertirse en el primer bicampeón de la historia de las motos rojas y en su piloto más exitoso –30 victorias y 58 podios–.
Motorsport.com entiende que dentro del box y de los camiones, el discurso es otro, y se centra en tratar de hacerle ver a Bagnaia que la solución a sus problemas no pasa tanto por una eventual modificación en la moto, de componentes o de puesta a punto; como por un cambio en su mentalidad. Sobre todo, porque resulta inverosímil que entre el nutrido grupo de ingenieros de Borgo Panigale no haya habido uno solo capaz de dar con el detonante de ese bajón de rendimiento. "No se trata de la GP24, la GP25 o la GP26. El problema no está allí", repiten en Ducati, mientras animan al chico a que siga dando vueltas como terapia, habida cuenta de que, al menos por ahora, ha preferido no recurrir a ningún psicólogo deportivo.
Este lunes, Bagnaia y el resto del pelotón volvió a subirse a la moto; la misma con la que el domingo se había caído por séptima vez en este 2025, y con la que el sábado no pasó de la octava plaza en la parrilla. Y mejoró un segundo sus tiempos: finalizó el sexto, incluso por encima de Márquez. A su lado estuvo Stoner la mayor parte del tiempo. No solo dándole consejos, sino también sugiriendo algún que otro cambio en la moto. En ese sentido, la relación que mantiene con Cristian Gabarrini, actual ingeniero de pista de Bagnaia y que lo fue suyo en los dos títulos que figuran en su palmarés, motiva que la comunicación sea fluida y surja de forma mucho más natural. "A Casey me gustaría tenerle siempre a mi lado. Sé que eso no puede ser, pero cuando surge la oportunidad lo intento exprimir al máximo", convino el corredor de Ducati. Encomendarse a una figura como Stoner puede ser una gran idea, aunque eso también deja entrever que ya ha agotado todas las herramientas de que dispone la marca.
Con el mercado más agitado de los últimos años a la vuelta de la esquina, la compañía italiana comenzará a valorar en breve cuál es la mejor pareja para su equipo oficial. La prioridad ha pasado a ser la renovación de Márquez, mientras que la continuidad de Bagnaia dependerá de si es capaz de darle la vuelta a su situación actual. Debe hacerlo, con la GP25, la GP26 o con un patinete. Pero pronto.
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