Márquez: En Austria perdía contra una Ducati, ahora tengo una

Los ocho dobletes que acumula el español, los cinco últimos consecutivos, le han llevado a generar una ventaja a su espalda de 120 puntos sobre su más inmediato perseguidor, que, además, es su hermano Alex Márquez. Eso es un margen que le permite afrontar los diez grandes premios que todavía deben disputarse con relativa tranquilidad, aunque esa cualidad no termina de encajar con su carácter: él quiere ganar cada vez que corre, y ese ímpetu se le puede girar en contra, como ya ocurrió en Jerez y Austin, dos circuitos de sus favoritos y en los que terminó en el suelo.

El Red Bull Ring no figura entre los que mejor se le dan, habida cuenta de que no ha ganado nunca aquí, aunque la cosa puede ser distinta ahora que compite enfundado en el mono del equipo oficial de Ducati. 

"Aquí he perdido siempre contra una moto roja, pero ahora la llevo yo. Ojalá pueda luchar por la victoria, lo intentaré, pero sin volverme loco. 120 puntos de ventaja pesan más que una simple victoria, y esos puntos también se tienen que gestionar", argumentó Márquez, que insistió en mantener ese perfil bajo que ha adoptado desde que comenzó su andadura vestido de rojo.

"Hemos encontrado un poquito más de velocidad, y eso me da esa seguridad. Intentaré volver a coger esas sensaciones tras este parón. ¿Rivales? Todos los pilotos son rápidos, pero intentaremos centrarnos en nosotros mismos. Este título solo se me puede escapar a mí, si gestiono bien", añadió el #93.

Marc Márquez, Panigale V4 S, Balaton Park

Foto de: Ducati Corse

Los más de tres grandes premios de ventaja de que dispone provocan que la mayoría de aficionados, y también de miembros del paddock, hagan apuestas acerca de cuándo celebrará su séptimo título de MotoGP. "Me obsesiona ganar, pero tampoco hay que tener prisa. Me da igual cuando. Claro que quiero que sea lo antes posible, pero no hay que precipitarse. No quiero poner en riesgo la posibilidad de ganar un Mundial", reflexionó el corredor de Cervera (Lleida).

"Tengo que controlar las ganas, controlar el orgullo, a veces tragárselo, y digerirlo bien. Siempre que salimos a pista, y más viniendo de dónde venimos – cinco dobletes seguidos–, intentas ganar. Pero habrá grandes premios en los que tocará entender que no se puede ganar", esgrimió Márquez, antes de cerrar:"Es en ese momento en el que sumar 20 puntos, 16, o incluso menos, será mejor que caerse".