"No es lógico que vayamos tan rápido en Jerez", dice Quartararo
Fabio Quartararo, quinto tras la primera jornada en Jerez a pesar de una caída de última hora, se nuestra más escéptico que confiado ante el nivel de competitividad de una Yamaha que, a priori, no debería serlo en una pista con tan poco agarre.
    Hay veces que cuesta entender a los pilotos, y otras, en las que ni ellos mismos comprenden qué les está pasando. Esa es un poco la dinámica que rodea a Fabio Quartararo, el estilete de Yamaha en MotoGP y la piedra angular de la marca japonesa.
Tras un arranque de temporada muy por debajo de las expectativas generadas en invierno, el francés pareció dar un paso adelante hace dos semanas, en Qatar, donde fue capaz de meterse en la primera línea después de mucho tiempo, y donde terminó el séptimo, lejos de las posiciones a las que él aspira, pero, al menos, más delante de lo que venía siendo costumbre –hasta ese instante, la décima plaza de Austin era su punto fuerte del año–.
Mientras Yamaha trabaja en dos frentes, con el prototipo actual y con el del futuro, que debería incorporar un motor V4, Quartararo salió a pista este viernes con más dudas que certezas. Cuando concluyó la jornada, aún estaba más perdido que cuando la comenzó: el Diablo finalizó con la quinta mejor vuelta, a menos de dos décimas de Marc Márquez, el cuarto, y a cuatro de Alex, el más veloz de todos. El muchacho de Niza, además, logró el pase directo a la segunda criba de la cronometrada (Q2) en el último minuto, después de sufrir una caída y de que varias banderas amarillas le condicionaran otras tentativas.
Con todo, su rendimiento debería haberle insuflado un bidón de moral, aunque el sentido común, por un lado, y los chascos que arrastra, por otro, le hicieron ser más precavido que optimista. "En estos momentos no me preocupa la posición, quiero entender por qué vamos rápido. Sé que tenemos buenas sensaciones, pero no es lógico que vayamos tan rápido en un circuito en el que el agarre no es especialmente bueno", resumió el Quartararo más incrédulo, que se las tuvo con los comisarios de pista nada más revolcarse.
Él quería reincorporarse a la pista con la moto accidentada, pero los operarios no se lo permitieron y le obligaron a dejarla allí y a regresar al taller acompañado. "No tiene sentido que, después del accidente, con una moto que no estaba perfecta, me quedara a solo dos décimas de Marc", reflexionó el #20, que arde en deseos de comprobar si esa misma sensación que tuvo este viernes, especialmente por la seguridad que le transmitió el tren delantero, se repite el domingo.
Comparte o guarda esta historia
Comentarios destacados
Suscríbete y accede a Motorsport.com con tu ad-blocker.
Desde la Fórmula 1 hasta MotoGP, informamos directamente desde el paddock porque amamos nuestro deporte, igual que tú. Para poder seguir ofreciendo nuestro periodismo experto, nuestro sitio web utiliza publicidad. Aún así, queremos darte la oportunidad de disfrutar de un sitio web sin publicidad, y seguir utilizando tu bloqueador de anuncios.