Hamilton: Conducir para Ferrari es un sueño, pero ahora vivo una pesadilla
El inglés vivió un fin de semana para olvidar en Interlagos. En carrera se vio involucrado en dos contactos: el primero con Sainz, que dañó el fondo, y después con Colapinto, que rompió su alerón. Tras su abandono, Lewis no ocultó su decepción, pero miró hacia delante con la esperanza de que el próximo año pueda ser muy diferente.
A veces, hay fines de semana que empiezan torcidos y continúan por ese camino, sin redención. Para Lewis Hamilton, el Gran Premio de Brasil fue uno de esos fines de semana, algo así como una pesadilla, sobre todo si se piensa en lo mucho que la prueba de Interlagos significa para él a nivel personal.
La pista que tantas veces le había visto protagonista de gestas memorables se convirtió en un teatro de la frustración, desde la eliminación en la SQ2 por la que estuvo a punto incluso de ser penalizado, hasta la amarga decepción en carrera, con una carrera que de hecho ya se complicó en la salida debido a ese contacto con Carlos Sainz que dañó la parte inferior de su monoplaza en el lado izquierdo.
De hecho, si se miran bien las imágenes, se puede ver que la zona con los generadores de vórtices en el lateral del fondo en la zona más exterior se ha desprendido parcialmente, un poco como le pasó a George Russell en Holanda tras un contacto con Charles Leclerc. Esa es una zona muy sensible del coche, que puede generar desequilibrios aerodinámicos causando la inestabilidad trasera de la que se quejaba Lewis. Indicios que se confirman con las palabras de Vasseur de que ha perdido unos 30 puntos de carga.
Nótese el daño en la parte exterior del fondo, justo al lado de donde el coche está generando las chispas
Foto de: Anni Graf - Fórmula 1 vía Getty Images
Para empeorar aún más las cosas, Hamilton tuvo un contacto con Franco Colapinto en la recta de salida, donde calculó mal una vez que fue absorbido por el rebufo, dañando finalmente su alerón delantero y teniendo que volver a boxes. Además de los daños, también hubo burla: el siete veces campeón del mundo fue penalizado con cinco segundos por ese mismo contacto.
Los comisarios determinaron que, aunque no hubo consecuencias técnicas ni deportivas para el argentino de los Alpes, la maniobra seguía mereciendo una penalización, ya que causó daños a uno de los dos coches, en este caso el suyo. Un poco paradójico, aunque el hecho de que el coche de Colapinto no resultara dañado llevó a mitigar la penalización de 10 a 5 segundos.
Por supuesto, no fue ese contacto el que realmente comprometió la carrera de Hamilton, pero fue el acto final de un fin de semana en el que nada salió como él esperaba. Todos estos episodios, cuando se juntan, acaban inevitablemente afectando a la moral de un piloto, algo que el británico no ocultó en las entrevistas posteriores a la carrera, limitándose a unas pocas -pero contundentes- palabras.
Lewis Hamilton, Ferrari
Foto de: Sam Bagnall / Sutton Images vía Getty Images
"Es una pesadilla. Y la he vivido durante un tiempo. La transición entre el sueño de pilotar para este equipo increíble y luego la pesadilla de los resultados que obtuvimos... Los altibajos. Es difícil. Mañana me levantaré de nuevo. Seguiré entrenando. Seguiré trabajando con el equipo. Tenía muchas ganas de traerles buenos puntos este fin de semana, pero volveré tan fuerte como pueda en la próxima carrera', dijo Lewis.
De hecho, si nos fijamos en lo que ha sido su racha desde el parón veraniego, Hamilton rara vez ha sido capaz de darse cuenta de los progresos que ha hecho en términos de rendimiento. Trazando una tendencia, en clasificación está ahora más cerca de su compañero de equipo, aunque en algunas ocasiones le ha faltado un poco de tino para encontrar esas últimas centésimas y ponerse delante.
Sin embargo, también es cierto que a menudo ciertos episodios, como el problema de frenos en Singapur, el accidente y la penalización en Zandvoort que también pesaron en Monza, o la que tuvo en México, no hicieron resaltar esos pasos adelante en forma de resultados, lastrando también la moral. Pero de cada decepción hay que saber levantarse, y Lewis también trató de mirar lo positivo.
Lewis Hamilton, Ferrari
Foto de: Simon Galloway / LAT Images vía Getty Images
"Obviamente es un resultado desastroso y estoy decepcionado por todo el equipo. Pero intento mantenerme a flote y mantener una actitud positiva. Hay potencial en nuestro coche y, en este momento, tengo que creer que algo bueno puede salir de todas estas dificultades", añadió Hamilton, haciendo hincapié en que, efectivamente, hay potencial que extraer del coche.
Un elemento en el que ya había hecho hincapié tras la clasificación, en la que había quedado excluido en la Q2, señalando más bien cómo el problema había estado más en no conseguir hacer funcionar los neumáticos, que no dejaban de patinar, generando poco agarre, que en una falta real de rendimiento del coche en sí. Pero Lewis quiere tener confianza y mirar al futuro con optimismo, sobre todo de cara al año que viene, cuando comenzará un nuevo ciclo técnico.
"Estoy seguro de que estamos destinados a algo positivo en el futuro y puede que simplemente nos estemos deshaciendo de toda nuestra mala suerte de este año. Pero no nos rendiremos: seguiremos empujando".
"En estos momentos tenemos que luchar de verdad contra estas dificultades. Tengo que creer que estas dificultades conducen a... Creo que me espera algo extraordinario, en mi vida y en mi destino. Sigo creyendo profundamente en este equipo y en lo que podemos conseguir juntos. Sólo tengo que seguir empujando y darles todo lo que pueda".
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